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Por la mañana y como no podía levantar, Estela tuvo que traerme el desayuno a la cama, ayudó a que me cambiara de ropa y me ayudó también con esas pequeñas cosas simples que ahora mismo me resultaban pesadas y dolorosas.

—Me siento inútil -dije

Ella estaba frente a mi atándome las agujetas de mi tenis

—No tiene que decir eso -sonrió -es solo temporal, además, no es ninguna molestia

—¿Cómo soportan a Hoseok? Él no es bueno con nadie

—No lo es, pero de vez en cuando hace cosas buenas por nosotros, además de que necesitamos el dinero que nos dan por cuidar la casa

—Tiene sentido ¿Pero qué cosas ha hecho por ustedes?

—Por ejemplo -se levantó del suelo al haber terminado -en mi cumpleaños del año pasado me regalo un sobre con más dinero y un pastel, a todos nos regala un poco más de dinero en nuestros cumpleaños y un regalo pequeño, es sencillo, pero viniendo de él...

—Es bueno ¿No?

Aceptó con la cabeza.

—Es una buena persona, pero algo pasa con él que no se permite ser bueno del todo

Nos iríamos hoy por la noche, así que todo el día tuve que pasarlo en la cama, por órdenes del doctor. Aunque quisiera, no podía moverme mucho porque realmente me dolía el cuerpo.

—Ya es hora de irnos -se asomó Hoseok por mi puerta

—Entiendo

Me incorporé lo más lento que jamás me había movido en toda mi vida.

—¿Te... te duele? -preguntó

—Sí

No me dijo nada más y simplemente se fue de la habitación para regresar segundos después con Isabel y Estela para tomar mis maletas y bajar con ellas.

—Espero verlas de nuevo -dije al pie de las escaleras

—Eso es seguro -sonrió Isabel -será la esposa del joven Hoseok, él viene seguido

—Sí, lo sé

Las dos salieron para dejar las maletas en la cajuela mientras yo me acercaba a la cocina por un vaso de agua y a buscar mis pastillas para el dolor. En todo el día no las había tomado, aunque el doctor me dijo que solo la tomará cuando el dolor fuera insoportable.

—No tomaste la medicina ¿Cierto?

Miré a mis espaldas donde estaba Hoseok.

—No

—Eres tonta

—El doctor dijo que solo la tomará cuando comenzará a ser insoportable

—Deberías tomarla en cuanto sientas dolor

—Lo tendré en mente

Rodó los ojos y caminó por un vaso, mientras sacaba la caja de pastillas de su pantalón.

—¿Por qué las escondes? -pregunté

—No las escondo, las llevo conmigo para que no se pierdan

Dejó el vaso con agua frente a mi y una pastilla en la palma de mi mano.

—Rápido, no quiero llegar muy tarde a casa

Me miró por última vez y se fue, dejándome sola en la cocina.

Era algo sorpresivo verlo hacer esta clase de cosas por mí, jamás me lo hubiera imaginado. Tomé la pastilla junto con el agua, dejé el vaso en el lavaplatos y caminé a la salida.

100 Días (JungHoSeok)Where stories live. Discover now