Synthetics: La Evolución De Los Juguetes

Él si puede

Syntethics

Capítulo

Él sí puede

La noche dio inicio con una gran presentación.

Todos los miembros de La arena  fueron incluidos en esta ocasión, todos, inclusive el siempre enigmático, Rory Rothenmayer. Propietario de La arena.

Tenía mucho tiempo sin subir al escenario, su enfermedad era la causa de que se mantuviera alejado del show. No tenia más  amigos que aquellos que laboraban directamente con él. Y en ocasiones presentía que su único amigo,era,su incondicional mayordomo, Carson. Hacia mucho tiempo, que se distanció de todos los demás y se había ocultado por tanto tiempo de los medios, que lo único que podían decir, a excepción de su enfermedad, eran meras especulaciones.

Pero últimamente se sentía renovado, con muchas más fuerzas,y le emocionaba el hecho de pasar tiempo con Marion,había puesto en ella sus esperanzas. Allí,entre los,Syntethics y actores, oculto a plena vista,era donde se sentía vivo de verdad.

Esa noche, la apertura superó sus expectativas, al extremo,que la euforia lo rebasó y al final de la presentación terminó dándole un beso a Marion frente a todos los espectadores.

Por primera vez,y con sus recién descubiertas sensaciones, Porcelain sintió la ácida mordedura se los celos.

Los espectadores, rompieron en gritos de júbilo y aplausos. Marion, en cambio,estaba molesta, ofendida. ¿Cómo se atrevía ese hombre a besarla? ¡Y delante de todos!  

Cuando la función terminó,Marion lo siguió tras bambalinas.

—¡Señor...! ¡Señor...! — lo llamó, Rothenmayer estaba siendo muy solicitado esa noche,parecía que todos querían hablar con él.

—¡Señorita Dupeyron! —parecía complacido de que lo hubiera seguido. Pero su enorme sonrisa, se desvaneció en cuanto Marion se plantó frente a él, visiblemente molesta y sabía muy bien porqué.

—¡Qué sea mi carcelero,no le da ningún derecho sobre mí! ¡Qué sea la última vez que se atreve a besarme! —enardecida cómo estaba, por lo que consideraba una ofensa,le soltó una bofetada, qué le dolió más a ella la palma de su mano, que la mejilla que le golpeó a él.

—¡MARION!

Sintió que enrojecía al escuchar a sus espaldas la inconfundible voz de su madre. En todo este tiempo que llevaba prisionera en La arena,ni una sola vez se atrevió a ir a buscarla, tenía que haber escogido esa noche precisamente, ese momento exacto para,aparecerse.

Rory,recuperó la compostura, a pesar de ser ahora él, quien se sentía ofendido.

—¡Marion,te ves preciosa! — dijo una de las mellizas del señor Roger,que  acompañaban a su madre esa noche.

Las tres vestidas de gala,muy fuera de lugar para asistir a una función de La arena.

—¿Él es tu juguete? ¿Del qué todos están hablando? ¡Es muy lindo! — dijo la otra niña con emoción.

Esas dos,para la edad que tenían (entre ocho y nueve años) eran un par de cotillas,y aunque anteriormente, la relación de Marion con el padre de ellas no era muy buena,Marion nunca se atrevió a tratarlas mal,mucho menos cuando ellas la miraban con ojos de adoración.