Parte única.

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Tony Stark subió los tres peldaños que daban a su habitación tropezando un poco. Había bebido bastante durante la fiesta y sentía el cuerpo torpe y pesado.

Nada que una buena noche de sueño no solucionara.

Claro, luego estaba la resaca. Pero eso era un problema del Tony del futuro.

Rio por lo bajo ante su ocurrencia mientras se quitaba el carísimo saco Versace y lo arrojaba al suelo como si fuese un trapo de dos dólares. Le siguieron la corbata y el cinturón Hermès, los zapatos Ferragamo que se quitó de una patada y los faldones de la camisa Armani que comenzó a sacar del pantalón antes de quedarse completamente quieto.

No estaba solo.

En un segundo, el reloj de su mano derecha se desplegó convirtiéndose en un guante que apuntó al cielo raso sin siquiera titubear. Ni siquiera debió preguntar, puesto que conocía la voz aterrorizada que chilló ante el posible ataque. Dirigió el arma hacia el piso mientras que el pulso le batía en los oídos.

—Señor Stark, no dispare! Soy yo, Peter!Por favor, NO DISPARE!

Soltó todo el aire que contenía en los pulmones de una sola vez en un ruidoso resoplido. El joven descendió del techo con un ágil salto y se plantó frente a Él con una expresión mezcla de preocupación y disculpas. Tenía puesto el traje que le había dado, pero no la máscara.

—Niño, quieres que te mate? Qué demonios haces aquí a esta hora? —El chico se apresuró a hablar.

—Lo siento, lo siento muchísimo, no pretendía asustarlo-

—Asustarme? Casi te vuelo en pedazos. No vuelvas a hacer eso.

—No volverá a pasar, en serio, lo siento.

Mientras Peter continuaba su perorata, Tony siguió con su plan de "una buena noche de sueño". Pasó junto al chico desabrochándose la camisa, la arrojó a un lado y comenzó a pelearse con los pantalones. Aquella maldita cosa tenía más botones que un ordenador...

—Estúpidos dedos torpes, estúpido alcohol... —Murmuró.

—Señor Stark? —Oh, cierto. Peter seguía ahí. Y qué quería, por cierto? Lo encaró una vez más.

—Qué haces aquí? Uno no va por ahí allanando moradas sin un motivo.

—Deje que lo ayude...

Tony alzó una ceja. Ayudarlo con qué? La pregunta se respondió sola cuando el niño fue directo a su bragueta para desabotonarla. Le quitó las manos de un cachetazo y el horror hizo que su voz subiera tres octavas.

—Qué crees que haces!? —Se sintió un poco niñita al darse cuenta de que estaba protegiendo su entrepierna con las manos, así que cruzó los brazos y sacó pecho para imponerse ante el adolescente.

—Yo... Usted dijo que no... —Las mejillas de Peter estaban completamente rojas. Y verlo tartamudear era bastante adorable... El chico carraspeó, haciéndolo volver a la realidad. —Dijo que no podía quitarlo y pensé que podía ayudar-

—Con mi bragueta? —La nuez del chico subió y bajó cuando tragó nerviosamente.

—Bueno, sonaba mejor en mi cabeza y-

La nublada mente de Stark comenzó a unir puntos. El niño se había pegado a él todo lo posible desde que lo había conocido, lo idolatraba como a un dios y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que le pidiera. Había pensado que era consecuencia de su fama y de la falta de figura paterna en la vida de Peter, pero tal vez... Tal vez hubiese otra cosa detrás... Frunció el ceño y escupió las palabras, cortando al chico que seguía deshaciéndose en explicaciones.

No tan inocenteWhere stories live. Discover now