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Sentado en la parte de atrás del auto, el pequeño Paul miraba con entusiasmo y una gran sonrisa a través de la ventana, su madre, Mary, lo miraba con una sonrisa de ternura por el espejo retrovisor

"¿Estás emocionado, cariño?" Este se giró hacia ella y aún con su sonrisa intacta asintió con su pequeña cabeza múltiples veces

"¡Si, quiero ver nueva casa!" Gritó entusiasmado, a pesar de su corta edad, de dos años para ser más concretos, Paul era un niño dulce, inteligente y lleno de energía.

Cuando llegaron a su destino, Mary miro con melancolía a lo que ahora sería su nueva vida, Jim, su esposo y padre de Paul, se percató de ello y sujetó la mano de la mujer de su vida, de ello estaba seguro. La mujer llevo sus ojos aguados hacia los de su esposo y sonrío en forma de agradecimiento por el consuelo del hombre.

"todo estará bien, cariño" esta no hizo mas que asentir mientras apretaba de forma dulce la mano de su esposo.

Paul agitaba sus pequeños brazos y gritaba que quería bajarse para ver su nueva residencia.

"¡Papi, papi, quiero bajar!" Sacó a los enamorados de su trance haciendo que se girarán con una sonrisa al ver la insistencia de su pequeño hijo.

El hombre salió del auto y abrió la puerta trasera para sacar a su niño en brazos mientras caminaba hacía la casa. Pero el menor no hacía más que mover sus bracitos y piernas en petición de que lo dejara en el suelo, a lo que el hombre accedió en modo de rendición, en cuanto lo hizo, el pequeño salió corriendo hacia el nuevo hogar dando saltos de euforia, su padre sonrío y se dirigió de nuevo al auto para sacar las cajas de la mudanza.

En cuanto terminaron de sacar las cosas y arreglar la casa, Paul aún tenía demasiada energía en su cuerpo y quería ver que había en Liverpool, tras su insistencia, Mary accedió a dar una vuelta.

En cuanto abrieron la puerta, un niño de cabello castaño, pequeños ojos y al parecer un poco mayor que él captó toda su atención.

Se encontraba en la casa de enfrente jugando con dos carros de juguete. El pelinegro abrió su boca en forma de "o" y miró a su madre en forma de súplica y con una gran sonrisa mientras tiraba de su camiseta, esta lo miró de vuelta "¿Puedo ir a jugar, mami?" Y como era normal, no pudo resistirse a aquellos ojitos suplicantes y se dispuso a asentir, y antes de que pudiera decir algo, el pequeño ya se encontraba corriendo en dirección al otro niño

"¡No quiero que vayas para ningún otro lado, Paul!" Alcanzó a gritar

"si mami."

Cuando llego con aquel niño, se quedó de pie, mirándolo sin saber muy bien como empezar una conversación, el mayor lo miró con los ojos entrecerrados debido al sol "¿Que quieres?" Dijo para apartar su mirada y seguir jugando

El menor se sentó frente a él y observó "quería jugar, soy nuevo aquí" dijo apoyando su cabecita en su mano

"Me alegro" respondió de nuevo el castaño indiferente, se formó un silencio incómodo, aquél niño lo intimidada.

"Me llamo Paul" Dijo extendiendo su pequeña mano

"Vale" respondió sin mirarlo de vuelta

"¿Tu cómo te llamas?" Preguntó con inocencia en su voz el más pequeño

"No te importa" dijo con indiferencia el mayor

"Si, perdón" hizo una mueca de tristeza pero luego su rostro se iluminó al pensar en otra pregunta "¿Pue-puedo jugar?" En ese momento, una mujer salía de la casa que parecía ser del niño mayor

"¡No, no puedes jugar! ¿Me puedes dejar en paz?" Gritó haciendo sorprender al pequeño, él solo quería ser amable, pero al parecer el castaño no lo tomó así, en ese momento las lagrimas empezaron a salir de sus ojitos.

La mujer que salía de la casa se apresuró hacia los dos niños "¡John Winston Lennon!" Lo reprendió la mujer "¿qué formas son esas de tratar a un amigo?" Dijo cruzándose de brazos

"Él no es mi amigo, tía Mimi" respondió el mayor mirando al suelo.

Aquello había hecho sentir muy mal al pequeño, quien lloraba y sorbía por la nariz.

La madre de Paul había podido escuchar unos sollozos que parecían ser de su hijo. Salió a la puerta y en efecto era su pequeño, se dirigió a paso rápido hacia ellos y tomó a su pequeño en brazos

"Hola buenas tardes" saludó Mary con una sonrisa intentando calmar a su pequeño "¿Qué pasa, cariño?"

"John no quiere ser mi amigo" el pequeño rascaba su ojito mientras seguía sorbiendo por favor nariz

"perdónalo cariño, no era su intención ¿Verdad Johnny?" Mimi lo miró amenazadora

"si la era, tía Mimi" dijo el mayor el cual recibió una mirada retadora por parte de su tía

"pide perdón, John"

"pero..." Contraargumentó el castaño siendo interrumpido por Mimi

"¡Ahora, John!" Esto lo logró asustar haciendo que su mirada se empañada de lágrimas, miró al menor y levantándose del suelo pidió perdón, iniciando así una continua guerra entre dos vecinos que no se soportan.

Help!  [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora