Capítulo 9

3.2K 328 64
                                    

Capítulo 9

–Señor Sesshōmaru–la mujer llamo al demonio quien dejo a un lado el libro que parecía estar leyendo, alzo sus pestañas hacia la mujer de corta cabellera y risos–Ya tengo una respuesta de mi hija–anuncio con seguridad, no había ni una pizca de temor en ella.

El demonio pensó que eso estaba bien, la razón por la que no quería que le temieran era evidente, si quería recuperar a su miko debía ganarse primero a la familia.

Solo esperaba que los consejos de esa mujer realmente dieran resultado.

...Unas horas antes...

Él estaba sumergido en sus pensamientos cundo oyó el chasquido de aquella vieja curandera elfa, un llamado hacia su persona se puso de pie y camino con parsimonia a su despacho donde la encontró de pie frente a la pequeña ventana que daba una grata vista al jardín, este se giró y le sonrió con amabilidad antes de bajar respetuosamente la cabeza.

Sesshōmaru la escudriño de los pies a la cabeza, tenía un largo vestido en tono verde mientras una capa rojiza cubría sus hombros, su cabellera caía por el largo de su espalda como una cascada ondulada, en su frente una quiara de piedras brillantes se podía apreciar, el corte fino de las piedras era la evidencia de cuan poderosa era.

Sesshōmaru asintió sin decir nada, pus sabía el motivo por el cual había aparecido de repente, estaba ahí por la sacerdotisa.

Aiya rauko Sesshōmaru (Saludos demonio Sesshōmaru)

– ¿Fuiste tú quien la trajo de vuelta?

La mujer asintió–Hace un par de días desate el sello que cubría el pozo.

El estrecho la mirada con suspicacia–Significa que podías haberla hecho regresar mucho antes ¿Por qué ahora?

–Tenías que aprender a extrañarla y vivir entre humanos, conocer el significado de la compasión era la clave para que volviera–con tranquilidad respondió mientras guardaba sus manos por dentro de sus mangas, cerró los ojos ante el mutismo del youkai, sabía que estaba molesto pero no tanto como para actuar con violencia.

Sesshōmaru había adquirido una madurez mental muy grande y notoria durante los dos años en que la sacerdotisa no estaba.

Una sonrisa intuitiva se asomó por la comisura de sus finos labios –Está a punto de despertar–Informo–Trame a su madre necesitaras de su ayuda para hacer que se quede–le ordeno pese a que conocía el historial del demonio con respecto a ser mandado.

A pesar de su inconformidad asintió y elevando su Yuki llamo a su fiel sirviente verde, quien en menos de dos minutos ya se encontraba llamando a la puerta.

–Llama a la madre. De inmediato–fue una orden corta y directa, Jaken asintió y salió corriendo con rapidez.

Ambos permanecieron mirándose el uno al otro, ella con una actitud pensativa y él como si estuviera asimilando las pocas palabras que había recibido como explicación.

–Estará molesta–anuncio ella de repente–Llena de desconfianza, pero sobre todo muy herida, tienes que estar preparado para recibir su rechazo–aconsejo con la mirada sosegada.

Sesshōmaru ni siquiera asintió.

Alguien llamo a la puerta la señora Naomi ingreso con cierta inseguridad a la pequeña habitación, miro atentamente los rasgos de la bella mujer desconociendo su origen, tan solo supuso que se trataba de otra demonio más.

–Me llamaba joven–no fue un cuestionamiento, sino que quería asegurarse de estar trazando el camino correcto, no sabía que tan bueno era estar a solas con el hombre que había causado una gran herida en su hija y que incluso había llegado a amenazar a su propia sangre.

Tuya por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora