63. Mayo 26, 2019

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26/05/2019

Mi dulce Caperucita

Siempre te miraba desde la ventana. Cada vez que te perdías en el bosque, me inventaba un nuevo santo porque ya no sabía a quién más rezarle. No apoyé tu loca idea de buscar al lobo y compré varias balas de plata para cambiar tu destino. Me costaron todas mis lágrimas, entender que el amor no tiene lógica. El destino se enamoró de ustedes. Guarda tu secreto, que la verdad a veces asusta. Ojalá que ese café llegue pronto. No pretendas que el tiempo no te borre, si sólo te conformas con ser una huella.

Con todo mi amor

La abuelita

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Historias olvidadas de un cuento perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora