OO2.

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Martina.

Llegó la noche de nuestro primer día en Buenos Aires. Ya con unos fernets encima, los chicos decidieron salir de fiesta, hicieron que me apronte en menos de 5 minutos. Me puse un top negro con una mini roja engomada y me maquillé un poco para disimular el cansancio que tenía.

—Estás despegada— dijo Santi entrando a la habitación mientras yo destapaba mi labial.

—Veni, dame un beso antes que me pinte —dije sonriendo y fui al encuentro de mi novio. Lo abracé por el cuello y me pegué a él.

Sentí sus manos bajar por mi espalda hasta mi cola. Él amaba poner sus manos ahí mientras nos besábamos, y yo amaba que lo hiciera. Pensé en sus grandes manos recorriendo mi cuerpo mientras lo besaba y eso hacía que empezara a excitarme.

—Wachos, ya nos...—dijo Mauro asomándose en la puerta, Santi y yo nos separamos para poder mirarlo. —Uh perdonen, igual corten que nos vamos —dijo riéndose.

Mis cachetes quedaron rojos.

—Colgamos— le dijo Santi a su amigo y salió de la habitación, dejando un beso en mis labios antes.

Terminé de maquillarme y por último me puse perfume. Los chicos estaban super apurados porque los amigos con los que se iban a encontrar ya estaban en el boliche.

—Estoy lista— exclamé bajando las escaleras. Todos me miraron en silencio, un poco boquiabiertos. En especial Alejo, que hasta giró su cabeza para mirarme ya que estaba sentado de espaldas a la escalera.

A los segundos bajó Iara, estaba terminando de aprontarse también. Me había pedido maquillaje y algo de ropa prestada porque no había venido preparada. La verdad que me había caído muy bien. Me transmitió mucha confianza de entrada. Me cae bien la gente que te trata como si te conociera de hace tiempo, me ayuda mucho a dejar de lado mi timidez.

Nos subimos los cinco al auto de Alejo, yo iba entre Iara y Santi en el asiento de atrás, manejando el control de la radio, que estaba conectado al celular de Mau.

—Noooo, lo tenés al Peke 77 acá —dije riendo al verlo en la lista de canciones y elegí "Tony Love" para ir escuchando.

—Claro wacha, es un jefe duro —dijo Mauro subiendo el volumen.

En diez minutos llegamos al boliche, había un par de personas afuera que reconocieron a los chicos, pero no se animaron a acercarse. Alejo intercambió un par de palabras con dos hombres vestidos de negro que estaban en la puerta. Luego nos hizo una seña y entramos.

En el boliche sonaba Otro trago de Sech, mi novio sabía que me encantaba esa canción asi que aprovechó para agarrar mi mano y darme una vueltita. Reí y le di un beso en los labios.

Alejo y Mauro nos guiaron hasta la zona VIP, era una especie de balcón con vista a la pista de la planta baja. Había un par de sofás y sillones y una mesita en el medio.

—La casa invita chicos —dijo un barman dejando algunas botellas destapadas en la mesa.

Al minuto aparecieron otros amigos de los chicos, reconocí solo a un par, a C.R.O y a Cazzu, bueno, Tomás y Julieta. Me era raro acostumbrarme a sus verdaderos nombres. Con ellos venían dos chicos más, que no supe reconocer.

Entre charlas y risas ya íbamos por la tercera copa. —Vamos a bailar— gritó Iara y asentí en respuesta. Agarré de la mano a Julieta y le hice señas para que venga con nosotras, pero prefirió quedarse con su novio.

Bajamos con Iara a la pista que estaba llena de gente, varios chicos se nos acercaban y trataban de sacarnos a bailar. Alejo y Mauro se dieron cuenta que estábamos siendo acosadas y vinieron a la pista a cuidarnos.

Iara bailaba con Mauro y de un momento a otro empezaron a chaparse, dejándonos a Alejo y a mi como quien dice solos.

—Están sarpados estos wachos —gritó Alejo cerca de mi oído señalando a los chicos que todavía me miraban —Ni conmigo al lado te dejan de mirar. Reí un poco nerviosa esquivando la mirada de Alejo, era muy intensa.

Estuvimos bailando con Alejo un par de canciones, bueno, yo bailaba y él movía la cabeza al ritmo de la música mientras miraba a su alrededor, como queriendo sacarle la ficha a todos los que nos rodeaban.

—¿Vamos? —preguntó Mauro. Su amigo respondió asintiendo.

Nos volvimos a encontrar con los chicos, que al igual que nosotros ya tenían ganas de irse. La noche había llegado a su fin y la verdad la había pasado muy bien.


INSTA STORIES

Martiherrera

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zanto

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Enamorada del diablo. || YSY AWhere stories live. Discover now