El viaje de Drogon

Abre los ojos

Asshai era un lugar tenebroso, siniestro y prácticamente sin vida. Pero a pesar de esto, Drogon se sentía agusto, se sentía en casa, ¿El motivo? Era el lugar donde siglos atrás había renacido en forma de huevo, sin saber que tiempo después terminaría en manos de su madre.

Todos miraban al imponente dragón, todos hablaban en susurros, sin saber si acercarse o no, pero de repente, una mujer se aproximó al dragón, una mujer pelirroja, de ojos color esmeralda, de porte majestuoso y vestida de rojo.

Al verla las personas retrocedieron, como si supieran lo que ocurría a continuación. Algunos intercambiaban miradas de pánico, otros miraban impacientes al dragón y la mujer que se encontraban junto a él.

La mujer de rojo miro al imponente dragón a los ojos, Drogon sabía que pronto todo acabaría, pronto su soledad terminaría. La mujer dijo a la multitud que la criatura había sido atraída por la magia de Asshai.

Drogon vio como la mujer se arrodilló junto a su madre y tomó su rostro entre sus manos. Por un extraño motivo, su madre seguía siendo tan hermosa en muerte como en vida, todavía su cuerpo seguía irradiando ese aire imponente que tanto la había distinguido.

Las personas enmascaradas vieron como la mujer de rojo posaba sus labios sobre los de la madre de dragones, todos sabía lo que esto significaba, todos mantuvieron el aliento mientras esperaban lo que sabía que ocurría.

Cuando la mujer de rojo se separó de la madre del dragón pasaron pocos segundos antes que la tierra se sacudiera bajo sus pies. Algo había ocurrido, algo que cambiaría para siempre al mundo, los ojos de Daenerys Targaryen se abrían, pero algo era diferente, sus ojos que antes habían sido de un color amatista, ahora era de un color rubí, tan rojos como la sangre.