--CAPITULO 4--

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-Laila... Laila! LAILA!

Con ese último grito sentido un peso encima mía por lo que abrí los ojos para saber que era la cosa que me estaba aplastando, encontrándome con los ojos azules de mi hermana gemela.

-Lily, ya, sal de encima mía y déjame dormir!-. Volvi a cerrar los ojos y taparme la cabeza sin muchas esperanzas. Lily no se iba a rendir, y así lo hizo presente al tirarme de las mantas hacia abajo, sin darme otra opción que levantarme de la cama.

-Ya voy, ya voy... Que forma más Bonita de despertar-. Susurro con ironía aunque esperando que me escuchara, mientras iba hacia el baño.

-Te he oído! Y apura si no quieres llegar tarde al desayuno!-. Al oír eso, ya duchandome, me empecé que dar prisa. Sev nos había dicho que los desayunos en Hogwarts son geniales y eso iba a descubrir.

-Ya estoy!-. Sali del baño ya con el uniforme puesto y peinada dejándome el pelo suelto.

Baje las escaleras con Lily, Alice y Marlene, mi otra compañera de cuarto. En la sala común estaban los chicos. Segun los vimos, Lily bufón y se fue hacia el cuadro para ir al comedor junto con Alice y Mary, mientras yo me acercaba a ellos con una sonrisa.

-Hola chicos!

-Laila!-. Grito Sirius lanzándose hacia mí para abrazarme, casi tirándonos a ambos.- No sabes cuánto me alegro de verte!

Cuando por fin me soltó, y ante mi mirada extrañada, Remus me explicó.

-Es que hace rato que te esperamos y el, como no bajabas, queria ir a desayunar. Pero James le dijo que hasta  que tu no vinieras no nos ibamos-. Sonrio mientras yo tambien lo hacía y James bajaba la mirada.

-Ohh! Gracias por esperarme Jamie-. Lo abracé sonriendo

-Si, si, muchas gracias, pero vamos a comer!-. Corrió hacia el retrato mientras nosotros nos reíamos y lo seguíamos.

Salimos de la sala común riendo y hablando de las ganas que tenia de empezar las clases, y no era la única pues Remus estaba igual.

-Yo tengo muchas ganas de empezar con Defensa contra las artes oscuras.-. Con esa frase Sirius y James, que no habían estado prestando atención, nos miraron.

-En eso estamos de acuerdo. Yo ya quiero practicar los duelos!-. Exclamó Sirius- Será genial poder desarmar a alguien.

James le dio la razón justo cuando entrábamos al Gran Comedor. Lily que estaba enfadada conmigo por haberme quedado con los chicos, estaba sentada en una esquina con un libro de pociones.

En cuanto nos sentamos empezamos a llenar nuestros platos. Acabamos justo cuando empezaba la primera clase, que era encantamientos, así que nos dirigimos hacia ella lo más rápido que pudimos. Entramos cuando el profesor llagaba al aula. Sirius y James se sentaron juntos al final del aula, y yo una mesa más alante con Rem.

Estuvo genial. Con cada minuto que pasaba tenía más ganas de que llegara la hora de hacer algún encantamiento. Pero claro, no todo era práctica, sino que también necesitamos aprender la teoría. Eso, Sirius y James no lo entendían y les parecía estupido, y así nos lo hicieron saber al salir de la clase.

La siguiente asignatura era pociones. Esta clase estaba en las mazmorras y, al llegar, supimos que la compartiriamos con los Slytherins. Este hecho a mi no me disgustaba por el momento, pero a los chicos si.

Esta clase pasó bastante rápido, entre vapores y pociones. Al salir Lily me esperaba fuera, arrugando la nariz al verme con los chicos.

-Laila, vendrás conmigo a comer?-. Su tono era más de orden que de pregunta y todos nos dimos cuenta, pero yo no recibía órdenes suyas, y mi tono lo demostró.

-No, ire con los chicos-. Solo pudimos dar dos pasos, cuando ella se volvió que poner delante.

-Me dices que los prefieres a ellos antes que a tu hermana?!-. Sonaba muy molesta, pero a estas alturas yo también lo estaba.

-No. Te digo que voy a seguir llendo con ellos aunque a ti no te caigan bien, y eres mi hermana así que deberías entenderlo. Y me voy que no quiero discutir contigo el primer día.

Sin decir nada más, me fui del pasillo directa al gran comedor, con pasos grandes. Cuando llegue a las puertas de este, me di cuenta de que los chicos venían corriendo detrás mía, asique los esperé.

-No deberías haber peleado con tu hermana por eso-. Fue lo primero que dijo Remus segun llegó, mientras entramos.

-Si, debería. Es mi hermana no mi madre. A ella la obedezco por que es mi madre, pero Lily no me va a dar órdenes. Y menos decirme con quien me puedo juntar o no.

Me senté en la mesa y empece a llenar mi plato de ensalada.

-Recuerdanos que nunca te demos ordenes-. Me di cuenta de que los chicos me estaban mirando cuando Sirius abrió la boca por primera vez. Ante este comentario yo solo sonreí.

El resto del día pasó sin contratiempos, con risas y bromas por mi parte y de los chicos, cosa que agradecía. Al terminar la cena, yo ya estaba bien cansada, asique me despedí de los chicos con un abrazo a cada uno.

-Buenas noches chicos!-. Mientras subía las escaleras oi un "Buenas noches princesita" dicho por los cuatro. Al llegar a mi habitación, me vesti sin hacer caso a mi hermana que me miraba de reojo desde su cama.

-Hasta mañana!-. Esto iba más para Marlene y Alice que para Lily.

Apague la luz de mi mesilla y me dispuse a dormir, cayendo en los brazos de morfeo a los poco minutos.

La historia de la merodeadora EvansWhere stories live. Discover now