05 El amor

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∘◦༺ L O H A N E ༻◦∘

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L O H A N E

Las últimas horas de la mañana eran heladas y tormentosas, no tanto como cuando los gallos recién cantan, pero te hacía temblar hasta los dedos de los pies. A mediados de otoño nadie podía argumentar que el frío era mucho mejor que el calor, ya que, a diferencia de nuestro invierno seco, el frío era húmedo y se te calaba por los huesos. No saben cuaaaantas noches lloré en mi niñez; crecer en otoño no era nada fácil. Nada es fácil en otoño.
Mis pies resbalaban por las nuevas veredas que habían instalado frente a las tiendas de esta calle, el agua de la lluvia, previa a nuestra decisión de caminar juntos, las había embadurnado como un jabón que podía predecir tu futura muerte (se resbala y muere, fin).

Oía como gotas de una calma llovizna caían contra el paraguas que el chico sostenía sobre nosotros. Es un tipo de ruido que aún siendo distante, disipa mi estrés. Miré a mi costado, quedándome con los ojos absortos en las manos del sujeto; sus dedos eran largos y huesudos. También, tenía una piel sumamente pálida, como si hubiera estado encerrado por muchísimo tiempo. Levanté la vista un poco más, ahora logrando ver su rostro. Los ojos de Edmond Dechart estaban perdidos en la calle y la expresión que envolvía sus facciones era de aflicción, al principio creí que la caída lo había lastimado más que a mí, pero era mucho más que eso.

Lo seguí contemplando, como ver a una pintura abstracta. No tan abstracta (absurda) como sería la muestra de una banana pegada a la pared con una cinta de papel, pero en definitiva, él era alguien difícil de comprender.

—¿Qué pasa? —me preguntó, sin apartar la mirada del frente.

Yo, por otro lado, seguía viéndolo con los ojos bien abiertos y una ligera sonrisa de par en par. Ya saben, normal. Igualita a la célebre escena de Jack en la peli del Resplandor. «HERE'S JHONNY!!».

—Here's Jhonny... —dije.

—¿Eh? —frunció el ceño.

¿Por qué no dejé que aquel auto simplemente lo atropellara? Hubiera sido más fácil.

Me aclaré la garganta, deformando mi increíble performance de la peli. Retomar conversaciones luego de un evento incómodo nunca fue mi fuerte, pero no tardé en matar esa pequeña pausita silenciosa que uno mismo crea.

—No suenas de Fresno. Es decir. En general. Tu acento es... raro —ladeé la cabeza, intentando acomodar las palabras—. ¿Eres de Francia? —alcé las cejas, a ver si le atinaba.

Negó con la cabeza sin decir nada. Yo lo tomé como la invitación a una adivinanza, así que fui a por otra opción.

—¿España...?

—¿Los franceses y españoles tienen un acento similar? —hundió las cejas, dudada mucho más que yo. Analfabetos de la geografía.

—Ni puta idea. Creo que no.

Adiós, extraño © #PGP2024Where stories live. Discover now