6. Hasta pronto

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Lentamente desperté de, lo que sería para mi, un largo sueño. Aún sentía cansancio pero de igual manera abrí mis ojos encontrándome en una habitación que era para nada mi cuarto. Estaba conectado a unos que cables que llegaban a un aparato a mi lado. Me los quité sin importame que doliera un poco sacar la aguja en mi brazo.

La máquina comenzó a hacer un sonido agudo aturdiendome, tapé mis oídos y observé que la puerta de la habitación se abría mostrando a una enfermera, preocupada se acercó, creo que pensando que había sucedido algo peor, pero al ver que me encontraba bien, suspiró.

-- quédate tranquilo, el doctor pronto vendrá a revisarlo.

-- y mito-san?

-- ¿su familiar? Ya le llamaremos para que venga en su visita.

-- gracias...

Miré como la mujer se fue, cerrando la entrada detrás de si.

¿que había sucedido? ¿como llegué aquí?

Aún golpeando mi cabeza con mis manos, no llegaban a entrar mis recuerdos en mi mente. De pronto avanzó alguien al cuarto, me sorprendí el ver a mito llorando de alegría. Entró directo a abrazarme. Al parecer ella se encontraba en el hospital, se notaba que no había dormido con tranquilidad por las pequeñas bolsas debajo de sus ojos.

-- ¿como estas? ¿Te sientes bien? ¿tienes hambre? -- pregunta tras otra hacia sacándome una risita. Se sentía cálido.

-- quisiera saber.. ¿que me pasó? -- seguro mito sabría y dudo que me mienta. Me sentí un poco mal al ver cambiar sus facciones a uno preocupado y triste.

-- al salir de la escuela, de regreso a casa, tuviste un accidente.. Y quedaste en coma..

Abrí mis ojos con sorpresa y todo regresó a mi mente. Ya recordaba, lo que había sucedido y el tiempo en el que había estado dormido.

Killua. Había tenido una discusión con él, por ese mismo motivo habia salido corriendo aquel día de la escuela y sin darme cuenta crucé sin mirar cuando un camión pasó golpeandome al instante.

-- ¿y Killua? -- pregunté. El seguramente estaba preocupado, tenia que verlo y disculparme.

-- no lo he visto por unos días. Tranquilo, si todo sale bien con el chequeo, mañana irás a la escuela y lo verás.

Al terminar me sonrió cálidamente y con eso me convenció. Mañana iría a la escuela, lo vería, lo abrazaría y me disculparía.

Más tarde el doctor pasó a mi habitación para la revisión y acotó que todo se encontraba bien, sin ninguna lesión. Me había salvado con suerte.

Luego de prepararme y salir del hospital, reencontrarme con mi familia, terminé mi día como cualquier otro. Cené y dormí en mi cómoda y única cama que se hallaba en mi dulce hogar. Sentía que estuve lejos de este lugar por mucho tiempo.

A la mañana siguiente quería seguir durmiendo, pero recordé lo que tenia planeado hacer y sin más me levanté para cambiarme, desayunar con mi abuela y tía, para luego dirigirme sin problemas a la escuela, retomando las clases.

Todos me recibieron con alegría, preguntándome como me encontraba. Me hizo feliz el que se preocuparan, les agradecí a cada uno de mis compañeros que me habían visitado y llevado obsequios.

Busqué por cada rincón, pero Killua no se hallaba en el salón; quizá estaba tarde, casi siempre se quedaba dormido y llegaba corriendo a clases.

Decidí esperar.

Las horas pasaron y aún no se presentaba. Terminé por creer que probablemente se había quedado en casa aquel día y me fui directo a casa después de la escuela.

Mil historias [Killugon/gonkillu]Where stories live. Discover now