El Hombre Hombre era diferente,
husmeaba y reconocía a la gente
pero de una manera particular
él tenía otra manera de mirar
Cuando alguien ve a una persona
la recuerda mitad arriba.
El Hombre Hombre, mitad abajo.
Recordaba el culo cual atajo
Atajo que usaba para ver,
de la misma manera que nosotros.
Su extraña mente no miraba al rostro,
más bien miraba el de atrás
Un día se tomó un tren
y algunas personas lo tomaron de rehén
"PERVERTIDO" le gritó una mujer
que no comprendía su manera de ver
Sin poder justificarse,
la gente no lo dejó retirarse,
lo dejaron con la cara rota
para luego estar al costado de la hoja.
El hombre hombre vivió en una isla,
dentro de la ciudad pero sin vista.
Apareció Anteojos de Sol con su triunfo
al lado suyo burlándose de su infortunio.
Anteojos de Sol provocaba desastres,
traumas cada dos por tres.
Su mirada conquistaba a las personas
¡Y claro! Si no mostraba su cara.
Esta careta le daba gran oportunidad
de hacer el mal con tranquilidad
sin pagar consecuencias,
ya que todos lo entendían.
El Hombre Hombre fue aislado y juzgado,
Anteojos de Sol fue glorificado,
solamente por ser como el resto
El karma estaba invertido.
Quiso disculparse y aclararse,
pero no fue bien recibido,
ya que en este pueblo
Todos usaban lentes
Quizás le entendieron, o quizás no.
Muchos le culparon, y aceptó.
No querían que la acepte sino
que la cargue cual camello
Entonces, aproximose el Hombre Hombre,
y le sacó los anteojos de sol a este ser.
Ahora sólo era cara de gente,
y después fue juzgado también.
El Hombre Hombre terminó rompiendo
aquellos feos lentes negros.
Descubrió a los lentes rojos,
que encantó con cierto esfuerzo
Se los hizo ver a algunos
para que los examinen,
con esfuerzo los probaron
y vieron su tema raro.
El Hombre Hombre fue liberado,
más su regreso no fue anunciado
Siguieron sin entenderlo
Pero una sola alma vale la pena
