Criminales

Cap 38: "James morirá mañana".

Un olor molesto entró por mi nariz y me hizo fruncir mi rostro. Sacudí mi cara intentando espabilarme y lo logré. Abrí los ojos y miré a las personas que estaban alrededor mío.

- ¿Qué pasó?

Intenté enderezarme, fallé, a lo que Rob me ayudó.

- te desmayaste.

Miré a Rob y me quedé callado por varios segundos tratando de asimilar el porqué de ello, hasta que caí en cuenta de todo lo que había pasado. Me quedé en blanco, no sabía cómo reaccionar a lo que estaba pasando.

- esto no puede estar pasando.

Me tapé el rostro y masajeo mis ojos antes de ver a todas las personas que están al frente mío.

Gretta me miraba preocupada mientras estaba sentada en uno de los muebles, pero en su cara denotaba la angustia y la tristeza.

Esto nos supera.

Se habían llevado a lo más pequeño y hermoso de la casa, repentinamente todo empezaba a ir de mal en peor y no sabía por dónde empezar a hacer las cosas.

Mi dulce Kyla no aparecía por ningún lado y eso era otra cosa que me preocupaba más que la mierda. No sabía si le había pasado algo o si simplemente estaba muerta en ese momento, estaba volviendome loco.

Miré hacia un lado y vi como Rosa estaba sentada, tenía el semblante de un muñeco sin vida, lágrimas y lágrimas bajaban por sus mejillas.

Dios mío.

Traté de levantarme, lo cual logré con un poco de esfuerzo, caminé hacia ella.

- todo estará bien Rosa, la encontraremos y la traeremos de vuelta, a salvo.

Ella me miró y tenía sus ojos vacíos, me partió el corazón verla de esa manera.

- por favor, no quiero que le pase nada a mi niña.

Toqué su mejilla y limpié varias de sus lágrimas.

En este momento quería hacer de todo, quería salir a buscar a las personas desaparecidas, pero no sabía en dónde podrían estar.

Suspiré y un dolor de cabeza aumentaba con velocidad.

Dios, mándame una señal por favor.

Un sonido se escuchó de la puerta, era como si hubiera un forcejeo para abrirla.

Saqué mi arma de inmediato y los otros copiaron mi acción apuntando a la puerta, Oliv guió a las dos mujeres al pasillo en caso de que tuvieran que correr. Cada quién se escudó con una pared y miramos la puerta atentamente. La puerta se abrió y alguien encapuchado entró sin antes echar un vistazo y cerrar la puerta detrás de él.

Ya listos para salir a disparar, su mano subió a la capucha y la quitó, dejando caer una melena castaña clara.

Era ella, era Kyla.

- sé que están ahí, vi sus zapatos y parte de su cabello.

Salimos con lentitud.

Nuestras miradas chocaron, pero esta solo la evitó y miró hacia otro lado.

- ¿Qué está pasando?, A mí me siguieron casi toda la noche, gracias a Dios logré escapar.

Nos miró a todos por segunda vez notando como Rosa estaba en el mueble, aunque esta la miró y se levantó de inmediato.

- ¡Tienes que buscarla!, Ayúdame por favor, no dejes que le hagan daño.

Lloró y puso sus manos sobre los hombros de Kyla llamando su atención por completo.