Agua

16 0 0
                                    

Agua, transparente cárcel de sueños mundanos. Fresca y cálida fuente de vida contenida en lo que llamamos hogar, se revela, no es siempre condescendiente y pura; se vuelve turbia, se tiñe de color carmín y se lleva con ella a aquellos que la han envenenado.

Es tan simple.

Primero hay que centrarse en un lugar tranquilo, lleno de este precioso regalo, poco a poco va abrazando el cuerpo: empezando por la puntas de los pies, acariciando los tobillos y rozando la espalda, enfocarse en esa sensación de protección ajena (puede ser tanto fresca como tibia) para pronto caer en la cuenta de que besa tus mejillas como el aliento suave de aquel que ya no está.

Comienza a filtrarse por las puertas de la vida, se va colando como nuevo aire por el cuerpo, los ojos parecen ser presionados fuera de sus nidos, la piel va adquiriendo el color líquido de la nada. Se empiezan a inundar los contenedores donde antes circulaba la, ahora son lagos turbios. La presión en ese cofre de virtud que llaman pecho se vuelve una sensación poderosa.

El cuerpo comienza a aborrecer la sensación de ser querido, de ser abrazado en su totalidad y da paso a la desesperación, se agita, se contrae y después despierta, se mueve desesperado por exterminar el sentir que le da su eterna acompañante. Rechaza la inminente pérdida de la conciencia y libra la batalla por la eterna permanencia en una tierra que no le pertenece. El agua aprieta cada vez más, haciendo al cuerpo pensar que está solo, juega con sus cabellos, se mofa del sonido inaudible de los lamentos del cuerpo, la eterna agonía dentro de lo que anuncia ser el final.

Concluye la batalla, se siente pesado el contenedor del alma que era y ya no es. Vuelve el agua a la soledad y el cuerpo a las entrañas, se pierde en el fondo de la nada infinita. Llora la esencia del agua, se desprecia por ser tan pavorosamente pura y tener la capacidad de traer tanta pena consigo. En soledad se olvida de la mofas a la muerte y le exige a la vida un motivo para seguir nutriendo una tierra que no la ama.

Mientras el cuerpo vacío se ha sumergido en la oscuridad una nueva voz emerge de esa nada.

-¡Mario! ¡Mario! ¡El niño Mario, el niño!

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 13, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Antología de un mundo caóticoWhere stories live. Discover now