𝐔𝐧𝐥𝐞𝐬𝐬 [Rankiya/AU]

Enamorado de un idiota

Aspiro el tranquilo aire que llega y pega en mi rostro mientras cierro los ojos, un sonoro suspiro escapa de mis labios luego de la acción realizada con anterioridad,

Quero callarlos pero es imposible.

¿Que puedo decir?, Supongo que alguien en mi lugar haría algo parecido, ¿No? Estar enamorado definitivamente no es lo mejor que me ha pasado pero, al menos no me molesta, no como debería.

El amor te transforma.

Aunque si es amor u odio, o quizá una mínima simpatía por aquella persona creo que es mucho mejor a pasar tus días sin sentir emociones de por medio. Quizá enamorarme no fue tan malo; digo, "quizá".  Aunque, si me hubieran dado a escojer de quien, probablemente hubiese elegido a cualquier otro u otra menos él.

¿¡Por qué no mejor de una hermosa chica?!

Volvió a suspirar sin evitar sentirse realmente frustrado por el reciente descubrimiento ¿En serio había caído tan bajo?, Enamorarse y peor aún ¿De alguien como él? Definitivamente no era lo mejor que pudo pasarle.

Era una estupidez. Una de la que pensó jamás ser parte.

Hasta Hoji y Daigo se lo recordaron, apenas lo mencionó, ¿Y como?, rieron, pero no los culpaba mucho menos se había enojado, de verdad que era una estupidez, algo de lo reírse; era normal.

Incluso él se había burlado de sí mismo cuando luego de meditarlo por horas en su habitación llegó a la conclusión de que estaba enamorado, si patético, pero aún lo era más admitir que se había enamorado de la persona que consideraba su enemigo a muerte, la persona a la cual juraba odio eterno.

Aunque aún lo odiaba y quizá más que antes por haberlo enamorado con prácticamente nada.

Golpeó su frente contra el pupitre, reprimiendose por lo idiota que era, llamando la atención de todos sus compañeros, menos de quien realmente quería. No le importaba en lo más mínimo las miradas de todos sus inútiles compañeros las cuales se dividían en curiosas, de pena o simplemente criticonas. Tenía algo más importante en que pensar en ese momento como para preocuparse por esas cosas.

Levantó un poco su rostro, con una vaga esperanza de que él le mirara. Cinco pupitres después del suyo se encontraba la persona culpable de que pasará noches en vela y pensando en si llegará a tener alguna oportunidad; culpable de que ahora se sintiera capaz de arrancar sus cabellos de un tirón por la frustración; aquel que tan tranquilo degustaba una paleta y leía algún manga de los que normalmente llevaba como soporte en los pantalones. Ignorante a lo que acababa de pasar.

Como siempre.

La decepción se apoderó de él, otra vez había fallado y se sentía estúpido de lastimarse con el único fin de llamar su atención. Volvió su cabeza a la madera del pupitre dando un, ¿Tercero?, ¿Cuarto? Quizá el quinto suspiro todos pesados y apenas eran las nueve de la mañana.

Era normal que Rantaro le ignoraste, después de todo se odian ¿No?, ¿A quien le importa lo que le pase a quien odia?

Pensar en eso hacia dar mil y un vueltas a su mente, sin mencionar que la sentía palpitar de dolor. Soltó un bufido reincorporándose en su asiento, acomodando su cabello rubio y acariciando su frente tratando de retener las lágrimas que querían escapar, también en un vago intento de apaciguar el dolor.

Su mal humor iba en aumento, y empezaba a ser extremadamente tedioso puesto que lidiar con un dolor parecido al de la migraña y para colmo el ruido de todos los demás estudiantes y profesores que hacían retumbar su cabeza ya era demasiado

Y todo por su culpa.

¿Por qué tuviste que ser tu Kiyama?

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Fecha de publicación: 7/08/19
Primera edición: 6/87/20