¿No te enseñaron que esta mal mentir, Liam?

20 8 6
                                    

Liam salio del bar persiguiendo a Félix después de que este le lanzara el vaso de refresco de cola a la cara a Mark, todo el grupo veía venir eso después de todo lo que Mark había hecho.

Félix estaba tenso, su mandíbula puntiaguda se veía realmente dura y fija en la quijada, sus manos intentaban abrir inútilmente un paquete de chicles de menta mientras murmuraba algo sobre querer un cigarrillo o una cerveza de raíz. Liam lo miro con pena antes de tocarle levemente el hombro. Él no podía darle un cigarrillo o un vaso de cerveza a causa del tratamiento de limpieza y abstención, habían trabajado durante mucho tiempo como para mandar todo eso a la basura ahora.

— Hey — murmuro Liam con un tono gentil. Este le quito el paquete de chicles para abrirlos por él.

— ¿Como es que estabas enamorado de alguien como él, Li? — pregunto Felix en un murmuro — no entiendo como alguien tan lindo como tu pudo sentir atracción por un hijo de perra como él.

— El amor llega en formas que uno no controla. En mi caso fue un hijo de perra que llamo mi atención por ser tan independiente.

Felix le sonrió.

— ¿entonces por eso siempre estas reacio cuando hablamos de Mark? — pregunto Liam dándole los chicles a Felix.

— ¿a qué te refieres? — pregunto devuelta Felix, metiéndose el chicle en la boca.

— Tú nunca nos compartiste que él había sido el que te orillo a hacer lo que hacías.

Félix suspiro.

— ¿Qué es más vergonzoso? ¿admitir que sufrías de bulimia o admitir que fue el chico que se supone era tu mejor amigo el que te metió en eso? — murmuro.

— No lo sé.

— ¿Qué fue más difícil, Li? ¿admitir que eres gay o que el idiota de allá adentro era tu primer amor?

— Ambas.

— Una tuvo que ser mas difícil, ¿Cuál fue?

— Decir que él fue mi primer amor..., fue por culpa de él que mis padres se enteraran y me corrieran de la casa.

— ¿entonces que estamos haciendo aquí, Liam? ¿Por qué no llamamos a Zack o Alison para que nos venga a buscar y así olvidarnos de todo esto?

— Necesitamos cerrar este lapso de tiempo..., todos tuvimos secretos que nos separo en más de una ocasión y es hora de dejarlos ir.

Félix negó con la cabeza.

— Yo los había dejado ir.

— Félix..., he visto como te miras a veces cuando estas frente al espejo, se que a veces no te quitas la camiseta en los días de piscina en la casa Alice porque te sientes inseguro cuando ves a los chicos, a pesar que tu eres el que mejor cuerpo tienes..., aun estas en el limbo entre el estar bien y el trauma que te dejo con secuelas que no puedes resolver.

— ¿y crees que este idiota me va a ayudar? Puedo resolver esto por mí mismo, ¿sabes?

— Eso no es cierto — dijo un tercero.

Ambos se dieron vuelta ante la voz grave que solo pertenecía a una persona, Walter Hale. Sus ojos azules miraban a Félix con tristeza y sus labios rosa natural estaban fruncidos en una mueca triste.

— Yo sabía que Mark te había hecho eso..., pero no hice nada. Mark sabia cosas mías y quería extorsionarme con ellos si decía algo o te defendía, lo lamento en serio, Félix..., pero ahora no pasara ahora.

— Yo sabía que sabias, Walt. En ese entonces eramos malos para guardar secretos tan vagos.

— ¿Por qué no me dijiste nada?

— ¿crees que me tomarían en cuenta en ese momento? Yo estaba loco y eran pocas las cosas que ustedes escuchaban.

Walter y Liam se callaron de golpe, porque era cierto. Ninguno de ellos escucho realmente a Félix cuando les decía que estaba mal y que necesitaba ayuda, todos tenían cosas diferentes en las que pensar y nadie se dio cuenta de lo que Felix atravesaba, solo lo notaron cuando lo encontraron casi muerto en el piso de baño con una línea de sangre bajando por su barbilla. Todos se volvieron locos en ese momento.

— ¿alguien me acompañaría a comprar un refresco a alguna tienda de aquí cerca?

— Yo te acompaño — respondió Walter con rapidez — ve a cuidar que Sam no asesine a ese idiota de allá adentro — le dijo a Liam y tomo a Félix del brazo para llevárselo.

— No se tarden.

— Y tú no te dejes engañar por ese idiota de allá adentro.

— ¿engañar?

— Él puede ser persuasivo..., recuerda la secundaria y tienes las respuestas — gruño Félix.

Luego, ambos se fueron por el callejón a la calle y de la calle a alguna tienda que estuviera abierta a las once de la noche.

Liam se saco el chicle de la boca, los chicles de Félix eran medicados, contenían algo parecido a la nicotina y funcionaban como los parches de nicotina para prevenir el efecto de fumar. Eran amargos y él siempre los aceptaba para que Félix no se sintiera mal como cuando Walter y Sam se los rechazaban. Liam tiro el chicle al piso y lo pisó con fuerza para que se quedara pegado a la suela de su zapato.

Caminó de vuelta a El escupidero y entro. La mesa en la que estaban sentados estaba casi desierta a excepción de dos chicos pelinegros, Liam se acerco a la mesa con rapidez.

Todavía sentía el sabor de la falsa nicotina en la boca y la menta en la garganta, las sensaciones de querer ir al baño sin quererlo volvieron cuando se acerco a la mesa y me sentó junto a Sam. Él estaba temblando, temblando de rabia. El ceño fruncido y los puños apretados le daban una pista a Liam de lo que estaba pasando, y la mirada de desolación y culpabilidad de Mark se lo confirmaban.

Acababa de contar otro secreto.

— ¿Qué está pasando? — pregunto Liam con el ceño fruncido.

— Me estoy poniendo al día con viejo amigo, solo eso.

Era una frase completamente normal, pero el tono en el que Sam dijo eso le había dado un escalofrió a Liam.

Había una guerra civil en una mesa de un bar sin pena ni gloria y Liam estaba en medio de las armas de fuego.

Sam era su amigo desde hace años.

Mark era su primer amor.

Los Niños Buenos Se Van Al Infierno (CANCELADA)Where stories live. Discover now