• VIII •

880 198 20
                                    


Filiae no me preguntó porque pedí eso. Supongo que ya lo sabía.

Desperté el primer día de verano a las 7:08, junio 21 del 2020.

No estaba en mi habitación, era una diferente en decoración y espaciosa, con una amplia cama que me triplicaba el tamaño y muchas luces modernas en el techo. Alex no estaba a mi lado ni sus ronquidos cerca, estaba yo solo y a mi lado había una chica extraña diciéndome la hora.

"Santo cielo, de verdad estoy aquí".

—Joven Eliot, el desayuno está listo.

"Una vez deseé ser rico..."

Volvamos al inicio, quiero contarlo todo de la mejor manera para que me entiendan.

Algunos me llamarán egoísta y avaricioso, ¿pero que harían los demás si todos sus deseos pueden ser cumplidos? Piénsalo bien. ¿No pedirían todo lo que puedan? Pues yo, aunque Solebát mordió mis zapatos y se enojó conmigo varias veces, Filiae nunca se negó.

Por alguna razón, olvidé porque quise tener dinero. Me aburrí. Me aburrí en seguida. Así que llamé una vez más... o unas cuantas más. Sí, quizás estaba aprovechándome, pero ella era una clase de diosa. Aparte, sí me hubiera parado le hubiera escuchado, pero ella nunca lo hizo, solo continuó diciéndome:

—Pídeme un deseo.

Una y otra vez. Era lo único que parecía saber decir. Y siempre hablaba de las mismas cosas cuando nos veíamos, no hacía preguntas, solo comparaciones extrañas que yo ya sabía de la tierra.

—Más arriba de los cielos hay una estrella que rige al reino dorado. Tarda mil años en girar para los humanos, pero para los habitantes del reino es solo un día.

—¿Quieres decir que son casi inmortales? —Pregunté, perplejo.

—Jovencito, nosotros nunca hemos sido y tampoco hemos terminado. Siempre estamos y nunca desaparecemos completamente. Solo vagamos de un estado a otro.

—Eli, en la tierra hay un sol enorme y caliente. Hay un lugar llamado vía láctea... por el que giran planetas alrededor de ese sol, en órbita. Uno de ellos es mejor conocido como el dios de la guerra, y otro representado por la diosa Venus. Hay un planeta helado llamado...

—Filiae, quiero ser famoso. —La interrumpí, tomándola de las manos. Estábamos mirando el cielo desde el ventanal de la mansión.

¿Vivir o morir? Cualquier cosa que quieras ser o dejar de ser estoy aquí para cumplirla.

—Entonces haz lo que te digo.

Los deseos aumentaban y eran de poca duración. Yo volvía a llamarles. Ellos eran el agua que necesitaba la flor para sobrevivir, y también el granjero que se la suministraba sin recibir más a cambio de su belleza. Y sucedía una y otra vez, la flor reviviendo para pedir más y más.

—Hay un lugar llamado la ciudad estrella. Está un poco lejos del reino dorado, pero Solebát siempre pasea por allí —Filiae me hablaba de las cosas, y a veces sentía que ella solo quería acostumbrarme a esos escenarios—. El lugar se mantiene en la escala de grises, y los habitantes nunca hablan con extraños. En la plaza principal hay una estatua de cristal y oro a la que siguen. Alrededor se encuentra un río de aguas negras y pegajoso. Algunos caen en él y no pueden salir, quedan a la merced de las medusas rojas que los queman hasta chuparles todos los recuerdos.

—¿Eso no es muy triste? El lugar suena horrible. —Comenté.

—En la tierra hay lugares grises con rejas, donde encierran a aquellos que han roto las leyes y los obligan a vestir de la misma manera. Entre ellos se golpean, entre ellos se violan, entre ellos mueren a veces. Unos logran salir, pero vuelven a romper las leyes con más cuidado. Otros nunca salen pero desean hacerlo. Y otros están allí injustamente. Es igual que en la ciudad estrella... solo un lugar más en la tierra.

—¿Filiae? —Ella no me miraba, su rostro de maniquí no apartaba la vista de las personas congeladas rodeando mi casa con cámaras para buscar una entrevista del famoso chef Eliot Gailo.

¿Vivir o morir? —supongo que ya no era necesario hacerme ver el valor de mis palabras—. Eli, pídeme un deseo. Ahora pide un buen deseo.

—Quiero a alguien me ame incondicionalmente.

Concedido.

Pídeme un deseo.Where stories live. Discover now