CHAPTER NINE. ─── Una pequeña escapada.

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❪ OO9

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OO9. ─ La magia del cambio y la simpleza de que todo sea igual ,, ⟶ .·. ⊹. ,( ☯️ ) ° .

Las siguientes veinticuatro horas fueron un cumulo de tensión extraño, con miradas de compasión y algo más que no puede identificar. Se sentía como ser una bruja del siglo pasado a la que habían condenado a la horca, con el tiempo contado. Además de sentirme como una marioneta otra vez, moviendo hilos de mi cuerpo solo para ser como a ellos le gustaba que fuera: Fuerte y segura, mientras por dentro me moría de miedo por lo que podría pasar en el laberinto.

Annabeth, en el más respetuoso sentido, estaba como una cabra. Se paso día y noche leyendo un enorme libro sobre Dédalo, su biografía y su manera de construir, incluso me interrogo un par de veces solo por intentar emerger recuerdos útiles sobre él. Ella siempre había sido un poco... Pasional cuando se trataba de un nuevo proyecto que verdaderamente le interesaba pero esto... Ya era demasiado.

───Annabeth necesitas parar un segundo───.Le dije esa tarde mientras almorzábamos ───Come algo al menos.

───No necesito comer, necesito respuestas.

Suspire, cerré su libro y antes de que pudiera replicar le metí una patata en la boca.

───Come y calla───.Dije ───Tú lo harías por mi, así que sin quejas.

Mastico antes de decir:

───Te odio.

───Lo sé, me adoras.

Luego del almuerzo, hablé con Quirón.

───Se esta volviendo loca───.Dije mirando a Annabeth que atravesaba el campamento con la nariz metida en su libro.

───Ella esta...───.Percy tuvo que básicamente taclear a Will cuando Annabeth paso caminando delante de las dianas de arqueria, la mirada pegada a su libro ───... Bien.

───Eeh, no.

───Definitivamente no───.Quirón frunció el ceño ───¿Que planeas?

Mi mentor aceptó mi idea casi sin muchos miramientos, me enseño el lugar perfecto para hacerlo y se fue más contento que una perdiz. Busqué a uno de los hermanos de Annabeth para que me ayudara, todos tenían sonrisas bobas cuando les conté mi plan, y me dieron una palmadita en el hombro antes de decir que ayudarían.

En el camino a mi cabaña, una dríada literalmente se apareció de la nada para ofrecer su ayuda en tanto prometiera que Annabeth ya no se metería con los árboles a partir de ahora. Mi chica tenía una tendencia más bien violenta cuando estaba molesta y frustrada.

Unas horas después, cuando todo estuvo listo, me atreví a entrar a la cabaña seis.

Seré muy sincera al decir que en todos los años que llevaba en el campamento, nunca había entrado en la cabaña de Atenea.

⁴ 𝙃𝙊𝙈𝙀, annabeth chase.Where stories live. Discover now