Prólogo.

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En una diminuta casa arruinada y descuidada se encontraba una pequeña niña escondida debajo de una mesa, ella no entendía lo que sucedía, no sabía por qué su madre le había dicho que se escondiera allí pero sí sabía que lo que su papi estaba haciendo no era bueno. Su mami tenía mucha sangre en el rostro. Una vez, hace un par de semanas había pasado lo mismo, pero su mami le había dicho que no volvería a suceder, pero allí estaba, tratando de no gritar para no asustar a la pequeña niña debajo de la mesa.

Alina decía que su padre debía estar en un armario, allí pertenecían los monstruos como vio en una película en la tele, pero su mami decía que su padre sólo era así cuando tomaba esa agua extraña que había en una botella. Alina sólo tenía diez años, no entendía cómo funcionaba todo y más con su dislexia que no le permitía aprender fácilmente.

—¡Eres una puta! —Volvió a gritar su padre y su mami recibió otro golpe que la hizo caer al suelo.

Lágrimas comenzaban a salir por el rostro de Alina, escuchaba mucho esa palabra aunque no la entendía, un día intento preguntarle a su maestra qué significaba, no se lo dijo pero ése día mami la fue a buscar a la escuela mucho antes de acabar las clases y le dijo que no tenía que repetir esa palabra, pero su papi siempre la decía.

Alina se cubrió los oídos para no escuchar el sonido de los golpes, una vez escuchó en televisión que eso se llamaba… bueno, no se acordaba de la palabra pero sí de que era algo malo. Alina no lo soportó más y salió de la mesa, su papi estaba de espaldas así que no la vio pero su mami sí. Sabía donde su papi guardaba esa cosa que hacía daño así que fue por ella, esperaba saber cómo usarla. Era muy pesada pero por su mami hizo un gran esfuerzo, sus brazos eran delgados y no tenía mucha fuerza, las niñas malas de su escuela decían que era por comer de la basura pero Alina nunca lo había hecho así que no entendía por qué eran malas con ella.

Caminó hasta la cocina de nuevo y levantó la cosa que hacía daño, apuntando a su papi, no quería hacerle tanto daño, ella vio en una película que la cosa mala le hizo daño a un hombre pero las personas vestidas de blanco la ayudaron y la salvaron, eso podían hacer con su papi y así él aprendería a no pegarle más a mami.

Él le pegaba a Alina cuando se portaba mal pero ella no podía hacer lo mismo porque sus brazos eran muy delgados y papi era muy grande, así que podía usar la cosa que hacía daño.

—¡Alina suelta eso! —gritó su mami y su papi volteó, de inmediato su rostro se puso rojo, Alina se asustó mucho.

Cerró los ojos y apretó la pequeña palanca pero no tenía la suficiente fuerza para hacerlo, su papi iba rápido hacia ella así que apretó con más fuerza.

Algo como una explosión salió de sus manos y otra cosa le golpeó el rostro, soltó la cosa que hacía daño y se tomó la parte que le dolía. Escuchaba como su mama gritaba pero había un piiiii en su oído que no la dejaba concentrarse. Cuando abrió los ojos su mami estaba al lado de su papi y había mucha sangre en el suelo, como en la película.

—¡¿Pero qué hiciste Alina?! —le grito su mami mientras lloraba, a penas y podía ver su rostro porque estaba lleno de sangre, mucha sangre, ahora su mami se veía fea.

—¡Hay que llamar a los señores de bata blanca mami! Ellos despertarán a papi y él no te volverá a pegar —su mami la observó llorando y se alejó de su papi. Camino hasta ella y la abrazo.

—No mi pequeña, papi no despertará de nuevo —su mami la abrazo, Alina no quería porque le iba a manchar el cabello con la sangre de papi pero igual aceptó el abrazo.

Su mami lloraba mucho ¿Acaso no estaba feliz porque papi ya no le iba a pegar más?  Alina lo estaba.

Su mami se separó y comenzó a buscar cosas, Alina iba detrás de ella.

—¡Mami llama a los señores de bata blanca! —su mami no la escuchaba —¿Qué haces con eso?

Alina preguntó, y es que su mami estaba metiendo su ropa en una mochila, no entendía lo que pasaba ¿Se iban a ir? Su mami le dio la mochila y se sentó en la cama, palmeo sus piernas y Alina se trepo en ellas.

—Cariño lo que hiciste estuvo muy mal —comenzó su madre.

—Papi también hacía cosas muy malas, te pegaba y me pegaba, él no era bueno —le respondió Alina con el ceño fruncido.

¡Mami debería agradecerme!, Pensó.

—Pero no por eso tuviste que hacer eso cariño —habían muchas lágrimas en los ojos de su mami y Alina no entendía nada.

Se escucho el wiu wiu wiu que hacía el auto de los buenos y Alina se emocionó porque venían a salvar a su mami y a ella, su mami comenzó a llorar más.

—Escucha cariño, si alguien pregunta diles que fui yo la que le hice eso a papi ¿De acuerdo? No digas que fuiste tú porque si no te harán cosas malas, como las que papi hacía. A mí me llevaran un tiempo al hospital —Alina la miro confundida —con los de bata blanca, ellos me curarán y me cuidarán por un tiempo y mami estará mucho mejor ¿De acuerdo? —Alina sonrió y asintió feliz de que su mami por fin iba a estar bien, pero después cayó en cuenta de algo.

—¿Y yo qué haré mami? ¿Yo puedo ir contigo? Puedo ayudar a los de bata…—pero su mami estaba apresurada y no la dejó terminar.

—No cariño, tu irás a un lugar donde hay más niños, jugarás con todos y serás feliz mientras mami te va a buscar, quiero que te portes bien… —un golpe sonó en la puerta y muchos pasos se escucharon en la casa, Alina sabía que era la gente buena. Abrazó a su madre muy fuerte, también estaba llorando porque iban a curar a su mami y su papi no le volvería a pegar, estaba feliz.

—Te extrañaré mucho mami, te quiero, cúrate rápido —su mami asintió aún en el abrazo, lloraba por la inocencia de su pequeña y rezaba en su mente porque no le pasara nada.

—Yo también te quiero mi pequeña, ahora tú quédate aquí y yo recibiré a las personas buenas —Alina asintió y su mami, con el corazón roto salió.
La policía de inmediato la apuntó.

—Yo lo hice, yo le disparé —mintió sollozando.

Una oficial fue hasta ella e iba a esposarla pero Isabel, la madre de Alina, se apartó. La oficial la apuntó en modo alerta.

—No, hágalo afuera por favor, mi hija está en la habitación y no quiero que me vea —dijo rápidamente sollozando.

La oficial entendió, también tenía una hija y la señora estaba golpeada, quizás fue en defensa propia. En ése momento un oficial salió de la habitación con Alina de la mano, ésta le sonrió y la saludo.

—¡Mira mami, estoy con la gente buena! —Isabel le sonrió lo más que pudo y se despidió con la mano, el oficial la distrajo regalándole un dulce y la otra oficial se llevó a Isabel, tomada de la mano para que la niña no la viese.

Y la metieron en la patrulla para llevarla a la cárcel.

Mientras Alina estaba feliz porque ambas estarían bien y pronto se reunirían, Isabel lloraba temerosa de que algo le pasase a su pequeño ángel.













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¡Hola hola hola mis lindos lectores!

¿Sorprendidos con la nueva historia? Lo sé, incluso yo lo estoy.

Pues ésta historia la vengo pensando desde hace poco y no pude evitar publicarla, quizás las actualizaciones sean lentas porque tengo dos historias más sin contar las que no he subido a Wattpad, así que lo llevaré con calma. Les pido paciencia y que no abandonen solo por eso porque de verdad que siento que esta historia promete mucho.

Como siempre ésta historia va dedicado a mi mayor apoyo eerk22 💙

Espero que les guste y si es así comenten y haganmelo saber, me harían el día con eso jajajajajaja.

En fin, nos leemos pronto amiguitos.

Saludos y besos.

MaVaFb.

Lágrimas negras. Where stories live. Discover now