Bertholdt es el tipo de novio.

¿Cómo sería si Bertholdt te revelara que es el Titán Colosal?

Era un día de tormenta en el que la primera expedición fue cancelada, sin embargo los soldados se encontraban escuchando las "modificaciones" del plan para mañana, todos estaban ahí limitándose a prestar atención a las órdenes de Erwin Smith y los regaños del capitán Levi.
Miraste de reojo a Bertholdt Hoover, tu primer amor y pareja, el cual susurraba ciertas cosas con Reiner mientras te miraban de reojo; lo primero que pensaste fue en que hablaban de ti o algo relacionado, cosa que te puso nerviosa.
Te centraste en sus miradas, en lo que transmitían; Bertholdt se veía indeciso y serio, Reiner se notaba enojado y nervioso, incluso parecían sudar.

Tal vez quiere terminar conmigo... pensaste. Algo dentro de ti se quebró.

Por fin eran libres de irse y seguir con sus actividades de siempre, tratabas de evitar a Bertholdt pero éste eventualmente te alcanzó.

— (...) — Mencionó tu nombre con ese toque dulce que lo caracterizaba — Tengo que hablar contigo...

La preocupación invadía tu ser, tratabas de pensar en alternativas pero lo más lógico para ti es que quería terminar contigo en ese instante.

— ¿Qué sucede Berth? — Dijiste con preocupación — Te ves algo diferente...

— Yo... — Miró hacia abajo y tomó tu mano — T-Te lo tengo que decir a... A solas...

Buscó con la mirada algún lugar para hablar, sus manos estaban temblorosas igual que su boca, estaba sudando más de lo normal y se notaba ansioso.

Tal vez decidirá quedarse con Annie después de todo... Pensaste.

Bertholdt te miraba de reojo y te sonreía, pero sabías que algo no andaba bien. Algunos soldados los miraban con rareza, sobre todo al moreno, quien al percatarse de las miradas se ponía más tenso.

Se dirigió más allá de las instalaciones, donde no fuera muy probable que los encontraran. La lluvia había cesado un poco pero seguía lloviendo, al parecer a Bertholdt no le importaba.

Encontraron un lugar donde podían estar algo secos, se trataba de unos troncos acomodados de tal manera que parecía una cueva, una en la que se filtraba una cantidad considerable de agua.

— ¿Qué pasa? — Preguntaste con cierta preocupación — ¿Es por mí?

— No, no tiene nada que ver contigo...

— ¿Quieres que terminemos? ¿Es eso?

— (...) por favor, escúchame... Es algo difícil para mí el comunicártelo...

Estabas preparada para cualquier cosa, cualquier reclamo, casi dispuesta a perder la dignidad porque estabas ciega de amor.

— Creo que lo sabes... E-Eren es un...

— Un titán, sí, todos lo sabemos — Algo dentro de ti se alivió — ¿Por qué? ¿Lo crees muy peligroso?

— Pfft, claro... — Bertholdt se burló en voz baja mientras desviaba su mirada — Eren ni siquiera sabe usar el titán, le falta tanto qué aprender... Pero cree que es la salvación de la humanidad... De ésta humanidad...

Las palabras de Bertholdt te confundían, ¿Usar bien su titán? ¿Aprender qué? ¿Ésta humanidad?
Lo miraste extrañada ante lo que decía.

— Bertholdt, creo que estás muy nervioso — Tenías la teoría de que los nervios alteraban tanto a Bertholdt que podía llegar a delirar por eso —, estás diciendo cosas sin sentido.

El moreno guardó silencio por unos momentos mientras te miraba serio, tú imitaste la acción.

— ¿Qué me tienes qué decir?