Capítulo 2: presentación

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Timba bostezó mientras se abría paso por las escaleras hasta el primer piso de la casa. Su cabello estaba recién peinado, sus dientes estaban limpios, pero el no estaba todavía completamente despierto. El había estado despierto hasta tarde la noche anterior, realizando algunos planes, y no había llegado a su cama hasta bien pasada la media noche.

Aún así, con el estomago vacío actuando como un poderoso motivador, Timba entró en la cocina. Casi de inmediato los olores del desayuno llenaron su nariz y estimularon su apetito. Trolli estaba trabajando en la cocina pero se dio media vuelta y ofreció un agradable "buenos días" a Timba, para luego regresar su atención a la cocina.

— Buenos días Trollinel — Timba respondió bostezando de nuevo antes de dirigirse a la mesa. Esta mañana era la usual desde que el, Michaella y Trolli vivían juntos, es más, desde que Trolli se había mudado a casa de Timba . Uno de ellos tres se levantaba temprano a hacer el desayuno mientras los otros se pasaban por la cocina poco tiempo después. Quien hacia el desayuno dependía en gran parte de quien se iba a la cama primero la noche anterior, y la noche anterior había sido Trolli.

Sin embargo, durante los últimos días, había habido una adición a la rutina: dos niños castaños. Estos estaban sentados en la mesa actualmente, esperando pacientemente por el desayuno.

Durante los últimos días, Sparta y Víctor se habían vuelto un poco más abiertos, a pesar de que todavía estaban nerviosod y algo silenciosos. Sparta incluso había comenzado a ayudar a Trollino con sus tareas, ganándose poco a poco al azabache. Víctor había demostrado interés por la lectura. El había abierto y leído una serie de libros, a pesar de que lucho con las palabras a veces. Su enfoque no eran solo historias de ficción. El había leído algunos libros que niños de su edad solo habrían visto expuestos en la escuela: libros de no ficción acerca de un amplio y casi aleatorio espectro de los sujetos.

La lectura era aceptable para los estándares de Timba y Trollino, pero si hay una cosa que hizo que Víctor y Sparta fueran molestos, era que hacía preguntas… muchas preguntas. La mayoría eran cosas que ambos podría responder fácilmente, pero seguía siendo una distracción suficiente como para reducir su tiempo de trabajo normal. La curiosidad de esos niños, a veces, parecía insaciable.

Sin embargo, lo que más preocupo a Timba, fue que su curiosidad empezaba a relacionarse con el mundo exterior. Justo el día anterior, Sparta había pasado horas mirando por la ventana, observando a las personas pasar. Si alguna persona se le ocurría mirar en su dirección, el rápidamente se iba fuera de su vista con su hermano, pero sólo se escondía durante unos minutos antes de volver a la ventana.

Las preocupaciones de Timba se volvieron realidad cuando Víctor le pregunto si podía salir a jugar la calle. El tuvo que rechazar la solicitud, y, por suerte, Víctor no se resistió. El estaba dispuesto a aceptar su encierro en aquella casa. Sin embargo su petición hizo que Timba se diese cuenta de algo.

No podía mantener a ambos escondidos en la casa para siempre. La casa no era una celda, ellos no eran guardias y esos niños no eran prisioneros. Ambos niños merecía ser capaz de salir a la calle y disfrutar del sol y la libertad. Sin embargo, por lo que los mantenía aún así era por si salía un reporte de desaparición de ellos dos o los reconociera esa persona que se hacía llamar padre. Lo que menos quería era que los niños volvieran con esa persona.

Tenía que idear algo pronto. Ver más registros de desaparición, y si no había nada de eso, ambos niños podrían estar en la casa sin problemas.

Sin embargo, sabía que no vivían solos, y lo que sucedió esa tarde hizo que todo su plan cambiara repentinamente.

Era una tarde algo calurosa. Sparta y Víctor estaban en la sala sentados. Timba aún no volvía de su trabajo y Trollino fue quien se quedó con ellos. Los niños estaban solo abrazandose entre ellos, no habían querido salir del rango de vista del azabache. Trollino los miraba desde el comedor, aun con el miedo de que en cualquier segundo el SWAT entraría y se lo llevarían a el, por que Timba no estaba.

Padre del alma (Compas)Where stories live. Discover now