No te olvides del día en que nos conocimos, no te olvides del primer momento en que me hablaste. No te olvides de todas esas cosas que me hacen reír, no te olvides de los días que estaba triste y tú me consolaste.
No te olvides de mí.
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RECUERDOS
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—Como ya dije, necesitamos más ayuda. Quizá deba llamar a mis amigos. —Dijo Harry mientras empujaba fuera del computador al chico elástico.
—¿Tus qué?
—Mis amigos.
—¿Habla de amigos? —Susurró Barry hacia su prometida.
—Creo que es un sarcasmo. —Respondió Caitlin.
—No, es un delirio. Está loco por dormir toda la noche. —Dijo Cisco mientras señalaba a Harry con uno de sus dedos. — ¡Harry! Todos tus amigos están en esta habitación.
—Tengo otros. Ayleen me pidió que hiciera amigos y así fue.
Para Barry escuchar ese nombre significaba muchas cosas, porque extrañaba a esa chica más que a nadie en el mundo, porque se seguía sintiendo mal por como terminaron las cosas, pero no tenía el valor suficiente para ir a otra tierra por ella. Él sabía que ella estaría feliz con Scott y Stiles.
Y tenía razón, ella estaba feliz con Scott, pero lo que Barry no sabía, era que Stiles se había esfumado de la existencia en esa tierra.
(...)
Ayleen se había pasado la mayor parte del día en el bosque ¿La razón? Pensaba que le traerían más recuerdos sobre el misterioso "Stiles" le había dicho a la manda que ella estaba segura de que era un él, de que era alguien que les hacía falta. No podía concentrarse porque tenía la misma sensación de la última vez que había estado ahí con la manada. Se sentía observada, como si alguien la estuviera vigilando.
Decidió comprobar si aquello que sentía era real o simplemente estaba paranoica. Caminó despacio por el bosque utilizando su sentido del oído para tratar de escuchar algo ajeno a ella.
A su nariz llegó el mismo aroma extraño de la última vez. Era como si estuviera oliendo una especie de perfume mezclado con sangre. Algo muy extraño.
Definitivamente alguien la estaba siguiendo. Pero no pudo prestar más atención a aquello porque encendió su teléfono celular y comenzó a vibrar muchas veces notificando todos los mensajes que le habían llegado.
Y mientras ella se distraída con los mensajes unos ojos dorados la miraban a lo lejos con curiosidad e interés.
Mamá risitos;
Cariño, sé que estás tratando de encontrar respuestas y que necesitas el día para ti, así que está bien. Solo cuídate mucho, no quiero volver a perder a mi hija.
