Capítulo 6: Mal presentimiento

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Te despiertas lentamente, estirando de a poco tu cuerpo. Los sonidos de la ciudad que nunca duerme llenan tus oídos y te obligan a abrir los ojos. Tu habitación está casi a oscuras, pero algo de la luz del sol se cuela entre las cortinas. Miras el reloj sobre tu mesa de luz para notar que son las siete de la mañana. Suspiras pesadamente y te dispones a seguir durmiendo cuando de repente todos los recuerdos de la noche anterior llegan a tu cabeza. 

Te reincorporas de golpe. Miras a tu alrededor buscando alguna señal de que todo no fue tan solo un producto de tu ebria imaginación, pero no encuentras nada. Lo más notable de todo: No hay señales de Tony. Te levantas y corres hasta la ventana para mirar hacia la calle, mueves las cortinas dejando que la luz te azote de lleno. Te toma unos segundos adaptar tu visión hasta que logras ver que el traje de Iron Man no está allí. 

¿Lo he soñado todo?

Unas terribles ganas de llorar empiezan a subir por tu garganta pero, antes de que tu mente pueda seguir jugando contigo, escuchas unas risas que vienen desde la cocina. Reconoces ambas. Sales a toda prisa de tu habitación y, al abrir la puerta, te encuentras con Ania y Tony ambos con una taza en mano hablando con tranquilidad en la cocina. Ellos te miran y tu intercambias la mirada entre uno y luego el otro repetidamente. Tu cerebro está tan lleno de alegría de que todo fue real que te olvidas de decir algo. 

-Buenos días, bella durmiente.- Te dice Tony con una media sonrisa y llevando la taza a su boca para dar un sorbo del contenido. El aroma a café llega a tu nariz.

-B-buenos días.- Dices de vuelta, retomando tu compostura. Ania te mira como si quisiera soltar una carcajada. 

-Bueno, creo que me voy a la cama.- Tu amiga deja la taza en el lavabo.- Un placer, Tony. Espero verte más seguido por aquí.- Dice y, antes de desaparecer por el pasillo, se gira sobre sus talones y te guiña un ojo a la vez que levanta ambos pulgares. Sientes como las mejillas se te enrojecen a la vez que vuelves la vista a él. Carraspeas y le sonríes intentando que la emoción de que todavía esté allí no se note demasiado. 

-Veo que ya conociste a Ania.- Dices, aproximándote a él. 

-Hablamos un poco, sí.- Afirma, dejando la taza sobre la mesada y luego te atrae más hacia él tomándote por la cintura. Tony se inclina un poco y te da un breve beso en los labios. Notas que ya está vestido con su ropa y que la taza sobre la mesada está vacía. Temes lo peor. 

-¿Ya te vas?- Preguntas intentando ocultar tu decepción. 

-Vaya, vaya. Mira como han cambiado las cosas.- Dice con un aire divertido, evidentemente refiriéndose a como tú estabas apurada por irte la primera noche que pasaron juntos. Intentas suprimir una risa sin éxito. 

-Solo preguntaba.

-Sí, sí... seguro.- Dice y te vuelve a besar.- Me gustaría quedarme pero la señorita Potts me necesita urgentemente y créeme, no queremos hacerla enfadar.- Otro beso.- Prometo no volver a dejar que pase tanto tiempo antes de volver a vernos de nuevo. 

-De acuerdo.- Dices subiendo tus manos hasta tomar su cuello y ser tú ahora quien se ponga de puntillas para besarlo.

-De todas formas, ahora tienes mi número.- Dice, rompiendo el beso de golpe.- Así que si por alguna razón vuelvo a perder la noción del tiempo... llámame.- Algo en sus ojos cambió. Parecía más un pedido de auxilio que una simple sugerencia. Asientes levemente. 

-Ok, lo prometo.- Dices. Tony te suelta de a poco y chequea su teléfono. 

-Happy está abajo. 

-¿Qué hay del traje?- Preguntas con curiosidad. 

-No lo necesito a donde voy... así que lo mandé a Malibú. Happy puede llevarme.- Te dice y vuelve a atraerte para besarte.

Tony Stark y tu - Solo por una nocheHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin