Capitulo 9

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Pov. Naslin:
Regresé a mi sitio pensativa. No sabía realmente como tomarme la repentina decisión de Daniel y no sabía que pensar. Su anormal bipolaridad lograba confundirme y sacarme de mis casillas.

Decidí dejar de pensar en él y no darle más importancia. Me acababa de asignar el proyecto más importante del año y no quería fallar en él, ya que podría ser mi oportunidad de demostrarle mi talento.

Me puse rápidamente a terminar los informes que me tocaba revisar hoy para poder aprovechar la tarde sin tener mañana el doble de trabajo ya que no trabajaría el día completo.

De pronto sentí una intensa mirada fija en mí y la incomodidad que me hacía sentir dicha, hizo que levantará la vista para encontrarme con los penetrantes y hechizantes ojos verdes de mi marido. Intenté sonreírle pero estaba segura que había sido más una mueca que una sonrisa. No sabía porque me pasaba esto, siempre que me miraba de esa manera se me secaba la boca y me sentía en una especie de nube flotante.

-Vamos, prepárate para que nos vayamos-me dijo y solo basto que abriera la boca para devolverme a la vida real.

Tenía una voz tan varonil que derretía pero que él acompañaba con un grave tono borde haciendo que el cuerpo de cualquiera se invadiera de ganas de romperle la cara. Sorprendentemente y para mi desconcertó solo usaba ese tono conmigo, lo cual era frustrante.

Sin decir nada, ya que pensé que sería lo mejor, me puse a recoger mis cosas bajo su atenta mirada. Una vez recogido todo me dirigí, con él junto a mí, hacia el ascensor. Esperamos a que las metálicas puertas se abrieran para luego entrar. Ese era el momento más incómodo de todos los días, estar a solas con él en el reducido espacio del ascensor.

Al llegar a la planta baja, salimos de la caja metálica y nos dirigimos a la salida donde el coche ya nos estaba esperando. Me abrió la puerta caballerosamente y me ayudó a entrar en el coche para luego hacer lo mismo y arrancar.

Rápidamente se incorporó al ajetreado tráfico del mediodía. Ninguno de los dos hablaba y el cómodo silencio de siempre invadía el coche mientras yo observaba por la ventanilla. Vi como un cartel indicaba la salida de Antenas y entonces la curiosidad empezó a picarme.

-¿Puedo saber a donde vamos?-le pregunte recibiendo una sonrisa de su parte que me desconcertó por completo. No era la sonrisa cínica ni la sarcástica que normalmente me ofrece, esta era distinta. Incluso me atrevería a decir divertida.

-Te llevaré a comer al mejor restaurante de Grecia-me dijo orgulloso. Realmente se veía muy guapo con ese aire despreocupado y sonriente, lastima que sea el lado que menos demuestra.

-Mmm... De acuerdo-le dije antes de volver a mirar por la ventanilla. El paisaje era realmente hermoso, con tanta naturaleza que lograba que tu cuerpo se relajaré. Entre nosotros se había instalado un cómodo y tranquilo silencio en el que cada uno estaba sumido en sus pensamientos hasta que de pronto escuché como Daniel empezaba a tararear una canción que estaba sonando en la radio.

Por mi parte desconocía la canción ya que era en griego pero estaba fascinada por la manera en la que Daniel la estaba cantando con su sensual y sexy voz. Creo que es la primera vez que veo a mi marido tan relajado conmigo. Incluso estaba empezando a pensar que se había olvidado de mi presencia. Me acomodé en mi asiento y me puse a mirarle disimuladamente hasta que perdí la noción del tiempo y el control sobre mí. Mi mirada disimulada, se volvió una mirada acosadora que llamó su atención e hizo que me ruborizará. Esperaba alguna burla o algo parecido por su parte pero para mi sorpresa no fue así, se limitó a dedicarme una de sus hermosas sonrisa.

-Esta canción me recuerda a épocas donde al vida era un chiste para mí-me contó-En todas y cada una las fiestas universitarias a las que asistíamos Nicholas y yo ponían esta canción.

Cupido y el diablo en mi contraTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang