25. Jordano

7.8K 2K 319
                                    

Nunca te había pillado mientras me mirabas antes.

Intentaste disimular, pero a pesar de que te sale de maravilla, sé que me mirabas.

Me prestas la misma atención que te presto yo a ti.

De acuerdo, tal vez no tanta, pero sí la suficiente.

Sientes que te estoy mirando, así que, rendida, vuelves a mirar en mi dirección. Me cuesta mucho sonreír, por lo que no lo hago. En su lugar levanto un poco nuestro lápiz, a modo de saludo.

Tú te ríes y niegas con la cabeza. Siento una sensación increíble en el pecho al saber que soy causante de esa reacción, por lo que voy un paso más allá y, asegurándome de que aún tus ojos están sobre mí, me inclino por mi mochila de la misma forma en que tú lo hiciste por tu bolso y arqueo las cejas sugestivamente.

Espero que entiendas el mensaje aunque yo no tenga senos, porque sino quedaré como un idiota.

Por suerte, lo haces. Se te escapa una risa demasiado fuerte. Tus amigas te miran confundidas y me apresuro a retomar mi comportamiento habitual.

Estoy seguro de que te preguntan de qué te ríes.

Tú, tan ingeniosa y rápida con las mentiras, te inventas algo señalando el techo. No sé qué tiene de divertido el techo, pero pronto ellas se están riendo más fuerte de lo que te has reído tú.

Haces que la gente se despreocupe y la pasé bien cuando está contigo.

Tu sentido del humor es indudablemente fantástico. Me pregunto si eres de ese humor absurdo o negro, si te gusta el sarcasmo y qué clase de cosas te hacen reír además de mí.

Dios, Lourdes... Te hice reír.

Compraré galletas agridulces para celebrar.

Las comeré por ti, no te preocupes.

Aún mejor, las devoraré pensando ti.

Haré de cuenta que tú eres el paquete de galletas, eso está mejor.

Siempre todo y nunca nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora