↑One-Shot↓

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El aire frío salió de entre sus labios mientras observaba a la distancia a su grupo de amigos

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El aire frío salió de entre sus labios mientras observaba a la distancia a su grupo de amigos. Ya hace un par de meses que había llegado a Konohagakure, ¿Y ya había hecho amigos?

Suspiró con pesadez al sentir su pecho arder, debía de apurarse en su misión o cuando menos se diese cuenta, ella sería el objetivo.
Cruzó miradas con el alegre rubio que era acompañado de sus tres alumnos, sonrojándose ante ese pequeño intercambio.

—¿Vienes?— la pelinegra con el mechón rojo pasión asintió y bajó de la pequeña terraza donde se encontraba.

—Buenos días, chicos.— saludó amablemente, con su típico tono serio pero relajado y sonrió hacia Kakashi Hatake, su favorito, aunque aquello no podía decirlo en frente de Obito. Los menores saludaron de igual manera y caminaron en sincronía hacia la tienda de ramen, Ichiraku.

Tras pedir los tazones llenos del delicioso ramen, agradecieron por la comida y se dispusieron a devorarla.
La ojiverde observaba disimuladamente con un notable sonrojo al rubio a su lado. Quería grabar en su memoria cada mínimo detalle, cada movimiento. Todo de él. Observó la sonrisa del más alto, sin percatarse lo suficientemente rápido de que a quien le sonreía era a ella.
Las pálidas mejillas de la pelinegra estallaron en rojo y desvió la mirada con rapidez.

—¿Sucedió algo, Yuzune-chan?— preguntó Minato en dirección de la pelinegra.

—¿Qué?— trató de hablar normalmente, con seriedad, pero le era imposible, agradecía en parte la interrupción de una cierta pelirroja extrovertida en el lugar.
Yuzune Himura observó detalladamente a Uzumaki, Kushina, la prometida de quién estaba enamorada. Pero debía de ser honesta consigo misma, no podía enojarse con una persona cómo Kushina, y mucho menos cuando en ese par de meses se había hecho tan amiga de ella.

—¡Hola! ¡Dios, que frío hace! — rió mientras tomaba asiento al lado de su prometido. —Hola Yuzune-chan. — la mencionada sonrió débilmente ante el saludo, como respuesta.
Kakashi, quién estaba sentado al lado de la pelinegra notó el cambio de actitud por su parte. Esa muchacha que se había ganado sus respetos ahora era para él un libro más que podía leer sin problema alguno.

Era ridículo que un niño como el peliplata fuese su confidente, pero ahí estaba, volviendo a desatar sus penas con Kakashi.
Se separó de la barandilla y acarició el cabello del más bajo ante el bufido de este. Con un simple "Nos vemos." Abandonó el lugar.

Su pecho se apretaba aún más, con dolor no solo emocional, también físico. Si seguía de esa manera, no sería nada más que un número de víctimas por parte de su autoridad, el líder de su unidad y mano derecha del Mizukage.

✔️Mangata↑↓ Namikaze MinatoWhere stories live. Discover now