11 || Éxtasis

8.1K 597 227
                                    

•──•─•──•✦•──•─•──•

•──•─•──•✦•──•─•──•

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

•──•─•──•✦•──•─•──•

Puedo caminar Isaac — Me reí al escuchar su gruñido, estaba siendo demasiado protector conmigo, por una parte me gustaba y me divertía pero tampoco quería que estuviese cargando todo el camino conmigo.

— ¿Te recuerdo que soy un hombre lobo y tengo más fuerza de lo normal? — Preguntó con voz divertida y giré su cara para que me mirara, los dos sonreímos y juntamos nuestros labios en pequeños besos cortos.

— De acuerdo Lahey, soy toda tuya — Dije con una sonrisa y volví a apoyar la cabeza en su pecho, no se en que momento me quedé dormida pero cuando me desperté estaba sobre una cama y en una habitación que no era la mía, lo que me había despertado era Isaac que estaba a mi lado sudando y moviéndose sin parar, estaba teniendo una pesadilla.

— Isaac — Zarandeé el cuerpo del rubio y de golpe abrió los ojos y salió de la cama dando un salto y alejándose de mí, se sentó sobre el suelo y pasó las manos por la cabeza.

Soñé que alguien te hacia daño, que quien te intentaba.. era mi padre y yo no podía hacer nada por evitarlo — Susurró con lágrimas en los ojos, me acerqué a él y me arrodillé frente a él para quedar a su altura.

No me pasará nada, tu padre no puede hacerme daño — Dije entrelazando nuestras manos.

Solo pienso en lo que pudo haber pasado si Boyd no te llega a encontrar... voy a buscar a ese tío y voy a matarlo Sky — Me miró con seguridad y negué acercándome más a él.

No podemos llamar la atención de esa forma Isaac, ya hay bastantes problemas con Jackson, vamos a dejarlo estar, por favor — Descansé las manos en sus mejillas y me miró asintiendo, el rubio me acercó a él y me sentó encima de él con las piernas alrededor de su cintura, sonreí y volvimos a juntar nuestros labios pero de una forma más desesperada como si los dos nos necesitásemos.

Isaac se puso de pie conmigo encima y me sujetó por los muslos mientras caminaba conmigo a la cama, me dejó echada con cuidado sobre ella y se tumbó encima de mí soportando su peso, volvimos a besarnos y metí las manos por debajo de su camiseta y tocando su abdomen y espalda, eso pareció encender más al rubio y esta vez si dejó su peso sobre el mío y bajó los labios a mi cuello mientras se movía haciendo que nuestros cuerpos se rozasen una y otra vez, cerré los ojos y suspiré ante lo que Isaac me hacia sentir.

Sky — Gruñó Isaac mientras levantaba la cabeza para mirarme y aproveché eso para besarlo yo en el cuello a él, al hacer eso apretó el agarré en mi cintura y me detuvo.

— ¿Estoy haciendo algo mal? — Pregunté temerosa, nunca antes había tenido relaciones con un chico, no estaba nerviosa pero que me frenase no podía ser algo bueno.

— Tengo miedo a descontrolarme, si mi parte de hombre lobo te hace daño no me lo perdonaría.. — Susurró y sonreí enternecida, era eso, que tenía miedo.

— Se que no lo harás, alguien me dijo que yo era en lo que pensabas cuando perdías el control así que ahora lo tendrás más fácil aún, aquí me tienes Isaac, iremos despacio, yo no tengo ninguna experiencia en esto, espero que tu sí — Negó y me besó en los labios con delicadeza, él también era virgen y de alguna manera me hacía feliz que los dos fuésemos a entregarnos el uno al otro por primera vez.

Seguimos besándonos y todo el ambiente se empezó a tornar más apasionado, tras varios minutos de caricias y besos las prendas de ropa empezaron a desaparecer hasta que nos quedamos desnudos mirándonos a los ojos, no era un silencio incómodo, al contrario, era un momento precioso, cerré los ojos al sentir como Isaac entraba con delicadeza dentro de mí, no iba a negar que no dolía porque mentiría pero era un dolor que podías soportar perfectamente.

— ¿Te duele mucho? — Isaac estaba compungido.

Sabía que mentalmente le estaba doliendo más a él que a mí, negué y continuó entrando y saliendo de mí despacio, con el paso de los segundos mi cuerpo se fue acostumbrando a Isaac y ya apenas dolía, el rubio se dio cuenta por los gemidos que empezaba a soltar y aumentó la velocidad, me aferré a su hombros y el rubio tenía ambos brazos a los lados de mi cabeza y la cara en el hueco de mi cuello, me besaba y también gemía con esa maravillosa voz ronca que me excitaba aún más.

Isaac se sentó con la espalda apoyada sobre el cabecero de la cama y me senté encima de él, se introdujo en mi de nuevo y empecé a moverme sobre él, tiró la cabeza hacia atrás y dejó las manos sobre mi trasero mientras me ayudaba con los movimientos, aceleré el ritmo al sentir algo que crecía dentro de mí, me aferré con fuerza al cuerpo del rubio y el orgasmo inundó todo mi cuerpo dejándome temblando encima del lobo.

No me dejes así — Gimió Isaac y lo miré con una sonrisa, cuando me recuperé me volví a sentar sobre él y continuamos haciendo el amor hasta que el también llegó al orgasmo y yo lo hice por segunda vez, nos acurrucamos en la cama y a los pocos minutos los dos nos quedamos dormidos con una sonrisa plasmada en la cara.

A la mañana siguiente cuando me desperté estaba sola en la cama, me quité las sábanas del cuerpo y busqué mi ropa interior por el suelo, me la puse y bajé las escaleras de la casa, todo estaba completamente vacío, fui a la cocina y cogí un vaso con agua, me estaba explotando la cabeza y necesitaba algo quitarme este dolor, en ese momento la puerta principal se abrió y Isaac entró con una pequeña bolsa en la mano, me sonrió y sacó un paquete de aspirinas.

Sabía que las necesitarías — Se acercó a mí y me abrazó por las espalda para dejar un beso en mi cuello y entro en la mejilla.

Me acabas de salvar la vida — Respondí con una sonrisa.

Por cierto, tu primero ha llamado, me dijo que le llamaras cuando estuvieras despierta, también mencionó algo de castrarme si te tocaba o algo así — Solté una carcajada al escuchar eso y negué mientras metía la aspirina en la boca y tomaba el vaso.

— ¿Qué te apetece hacer hoy? — Me sorprendí cuando Isaac me cogió por los muslos y me dejó sentada sobre la mesa con mis piernas alrededor de su cintura, pasé los brazos por sus hombros y besé su mejilla repetidas veces.

— ¿Qué tal si repetimos lo de ayer? — Levanté una ceja y le miré con una sonrisa, sus ojos cambiaron a unos grises y no tardó ni cinco segundos en quitarse la camiseta y los pantalones, lo que sucedió luego, es historia.

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋  (ISAAC LAHEY)Where stories live. Discover now