Capítulo 3 - Roma 2/2

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Era navidad, mi familia y yo habíamos viajado a Roma a celebrar el año nuevo junto a mi tía y mi primo Sergio.

Era noche buena, mi tía y mi madre se encontraban en la cocina preparando la cena y horneando galletas; papá estaba sentado en uno de los sofás, mientras Sergio y yo jugábamos una partida de monopolio en la sala junto al calor de la chimenea

- Ya rindete primita, no lograrás ganarme aunque me dejara - habla Sergio mientras revuelve mi cabello

- Sabes que nunca me rindo, además no es que necesite de tu ayuda para ganar - digo mientras aparto sus manos de mi cabello

- Claro - dice él con sarcasmo - y yo soy el hijo de Smith

- Eres un idiota Sergio - digo mientras le saco la lengua 

- Pero soy tu idiota preferido - dice mientras se levanta - además hermosa prima - ruedo los ojos ante su apodo - soy tu guapo y sexy idiota

¿Este idiota quien se cree?

- Ya quisieras - le digo mientras me levanto y me dirijo a la cocina

- Tara ¿Dónde esta Sergio? - pregunta mi tía Támara

- El idiota de mi primo se encuentra en la sala - ella niega divertida y sale de la cocina

- Tara, no te expreses de esa forma hacia tu primo - dice mamá en forma de reprimenda

- Si... lo siento, es solo que... bueno es la única palabra que encuentro para definirlo - digo escogiendome de hombros

- Vamos Tara, tu primo te ama y aunque se comparte como un...

- Completo idiota

Mi madre me regaña con la mirada - En algunas ocasiones no merece ese apodo

- Siempre lo defiendes ¿Quieres más a Sergio a que a tu propia hija? - preguntó haciéndome la ofendida

- Tara - advierte mi madre - si no te callas te aventare la cuchara - dice mientras la sacude amenazadoramente

- Esta bien mamá - la abrazo mientras le quito la cuchara, hay que ser precavidos ¿No? - debo ir a vestirme para la ocasión - digo mientras me retiro y subo las escaleras para entrar a mi habitación

***

Todos a excepción de Sergio nos encontramos en la mansión, según mi tía Sergio salió por un asunto personal. Mi tía y mamá están en la cocina; papá y yo estamos sentados en la terraza esperando a que nos llamen a cenar.

Hace media hora que Sergio salió y aún no regresa me estoy preocupando y hace como treinta minutos que mi tía salió.

- Mamá ¿Por qué salió mi tía? - pregunto entrando en la cocina

- Dijo que debía comprar más verduras para la cena y salió corriendo de aquí - contesta restándole importancia mientras se voltea a verme

- ¿Y comprar verduras es tan importante para salir despavorida como alma que lleva el diablo? - pregunto con el ceño fruncido

- Ella tiene sus razones - contesta mientras sirve la comida en unos platos de porcelana - vamos niña, no te quedes ahí ,ayúdame a servir

- Bien...

Mientras mamá y yo servimos papá entra en la cocina

- ¿Qué hacen las dos mujeres de mi vida? - dice mientras abraza a mamá para luego depositar un beso en mi mejilla

- ¿Qué crees que hacemos? - pregunta mamá en tono burlón

- Pues sirven la cena - responde papá encogiendose de hombros a lo que mamá y yo estallamos en carcajadas - ya no se burlen, recuerden que a eveces soy despistado

- Claro querido - dice mamá con sarcasmo mientras rueda los ojos - lo que pasa es que estas viejo - papá se lleva una mano al pecho ofendido

- No estoy viejo - dice cruzandose de brazos - solamente que con el paso de los años he decidido teñir mi cabello ya que soy fanático de la reina de Frozen - todos nos echamos a reír por el comentario de papá pero fuimos interrumpidos por unos ruidos provenientes de la sala

- ¿Qué ha sido eso? - pregunta papá saliendo de la cocina mientras mamá y yo lo seguimos a la sala

Salimos de la cocina con pies de plomo para llegar a la sala principal y no levantar sospechas si se trata de algún ladrón; todos nos detenemos en el centro de la sala y nuestras miradas se enfocan en la puerta principal de la entrada y la imagen que se presenta nos deja en un estado de shock

Sergio se encontraba de rodillas en la entrada de la puerta con un charco de sangre rodeandolo, golpes adornaban su rostro, su camisa estaba manchada de sangre al igual que sus manos; Sergio cae al suelo y mi padre corre a su auxilio; una vez cuando mamá sale de su estado de shock se dirige al teléfono que está ubicado en una mesa y llama a una ambulancia. Una vez finalizada la llamada se dirige a ayudar a mi padre quien carga en brazos a Sergio. Yo en ese instante solo podía apreciar al culpable de todo, al culpable por la atrocidad cometida... al lado del auto de mi primo, se encontraba mi tía Támara con sangre en los nudillos, una respiración agitada, golpes en el rostro, un cuchillo ensangrentado y una mirada oscura...

Dejo atrás esos recuerdos al escuchar la voz del piloto anunciado que hemos llegado a nuestro destino y dirijo mi vista a la ventanilla donde podía apreciar la hermosa ciudad de Roma.

Una vez que me encontraba fuera del avión, me encamino a un hombre el cual sostenía un cartel con mi nombre

- ¿Señorita Rodríguez? - pregunta el hombre una vez que estoy a su lado

- Si - digo observándolo, era un señor que aparentaba la edad de unos cincuenta años, cabello blanco, pero no totalmente, ojos azul cielo, alto y portaba un traje negro

- Soy Felipe - dice extendiendome la mano en forma de saludo el cual le devuelvo - la Señora Támara me ha enviado por usted - frunso el ceño notablemente molesta, la mención de ese nombre me hace sentir repulsión - yo seré de ahora en adelante su conductor personal - asiento con la cabeza mientras él me abre la puerta trasera y me invita a entrar

- Abrochese el sinturon por favor señorita Rodríguez - dice Felipe mientras enciende el auto - bien, ahora nos dirigimos a su nuevo hogar

En mi mente pasan millones de dudas, donde me hago la misma pregunta una y otra vez ¿Seré capaz de ver a mi tía a los ojos, luego de presenciar lo ocurrido esa noche, como si nada ha pasado? No se... Pero de ahora en adelante viviré con ella y doy por echo un drástico giro en mi vida, el cual considero como la llegada de mi propio infierno...

Giro Inesperado [Editado] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora