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Esa noche, Walter y los demás salieron a hacer guardia, después de aquella sorpresa decidieron patrullar en la madrugada, Malik estaba en el campanario haciendo guardia de altura, mientras algunos espíritus que él mismo había traído, iluminaban el cielo con su sola presencia semitransparente, Amanda se encargaba del patrullaje del pueblo, era rápida y de buena vista aunque su sentido de la orientación no era su fuerte, pero se guiaba gracias a las luces que dejaba junto con unas notas para saber a dónde ir o si ya había pasado por ahí, el típico truco de las "migajas de pan" pensaba ella.
Walter y Des se encargaron de revisar el exterior, Wall veía los arboles donde Des había colocado los pergaminos de la barrera, ninguno tenía daños o rastro de que quisieran arrancarlos, así siguió viendo diciéndole a su hermano que lo esperase cerca del lago, y que no hiciera nada o hablara con alguien.

Des obedeció y solo se sentó a la orilla de este, veía el reflejo de la luna y la suave brisa hacia el agua moverse de forma calma, dejo un momento la lámpara de aceite a un lado mientras su atención se posaba en un arbusto donde crecían unas flores de color vino oscuro cercano a él, si su mente no fallaba aquella flor se le llamaba dalia negra, era una de sus muchas favoritas, iba a agarrar una cuando escucho el tronar de unas ramas, se puso de pie rápidamente mientras observaba alrededor, cuando de la oscuridad había salido Leo, el cual al igual que el quedaron sorprendidos.

-¿Des?... ¿qué haces aquí tú solo?, para empezar que haces tan tarde despierto- se acercó mientras parecía ocultar algo en una cesta.

-Oh ¡Leo!, también es una sorpresa el verte por aquí...y no es nada solo una pequeña revisión, no deberías estar afuera tan tarde es peligroso para que andes tu solo-

-ya... ¿no te mordiste la lengua?, mírate igual estas solo, lo cual es una sorpresa pensé estaría contigo tu hermano, o tus amigos... umm mejor no los invoco- rió un momento en compañía de Des, para después pasar a un silencio algo incómodo.

y... ¿qué haces por acá?, no me digas que a un paseo nocturno—

—para nada, solo venía a cortar algunas flores, me gustan las nocturnas porque tienen un olor más fuerte y refrescante, además de que algunas nocturnas tienen mejores propiedades medicinales así que por lo común me veras vagar por estos rumbos.- se acercó al arbusto donde antes se dirigía Des para tomar una flor y luego olerla y depositar un suave beso en sus pétalos–. Sabes el color vino te favorece, hace que tus hermosos ojos resalten- tomo el rostro del alto y con cuidado coloco la flor en un lado de su cabeza atorándola con su cabello. —A demás es bueno variar en el color, así te vez más hermoso—.

Des no sabía que decir estaba demasiado sonrojado por aquellos halagos, y sus nervios aumentaron al sentir la mano de Leo tomando la suya para besarla, lentamente se iba agachando mientras el otro lo juntaba más a su cuerpo en un sutil abrazo, aquello se veía como un beso de sueño, ellos dos solos, la luna resplandeciendo iluminando sus siluetas, el cantar de los grillos y algunas aves, todo esto junto a unas luciérnagas que habían emprendido vuelo por la suave brisa, los ojos de Leo se veían más brillantes por el sutil brillo de esa madrugada se veían tan hipnóticos, tan atrayentes, Des simplemente divagaba en sus pensamientos.

Más la voz de Walter los saco de su dulce trance haciéndolo retroceder por inercia, Leo se quedó extrañado mientras veía como Des cubría con una mano su boca demasiado rojo. Su hermano llego pero solo vio a Des como lo dejo antes de irse, pero un detalle que no paso por alto fue el joven estaba nervioso y le desviaba la mirada cada que le hablaba o le preguntaba sobre qué había pasado y más cuando pregunto sobre aquella flor y este tardo en responder, así ambos pasaron a retirarse pero aun el rubio quería saber que tanto se perdió.

ExorcismWhere stories live. Discover now