Capitulo 19

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—Entonces tu fuiste...— Comenzó a hablar el azabache, pero tu lo interrumpiste, no eras muy fan de hablar de estas cosas, pero querias que por lo menos te diese la oportunidad de terminar tu historia, estabas nerviosa, realmente no estabas segura si las cosas entre tu y Dabi cambiarían después de esta conversación, pero seguramente te haría un gran favor al permitirte sacar este sentimiento de tu pecho, el finalmente hablar con alguien acerca de tus problemas se sentía mejor de lo que pensabas, era como quitarte un gran peso de encima, como si el azabache hubiese tomado parte de aquella carga.

—Creeme que hubiese preferido tomar las pastillas ese dia, pero tal parece que a ellos les pareció muy divertido el verme de esa manera... Tres adultos contra una niña de seis años... No fue algo justo...— Dijiste, el chico se veía horrorizado por tu historia, pero apenas comenzabas. Las cosas no se veían muy felices en aquellos tiempos, pero ahora todo parecía que cambiaría para ti. Realmente deseabas que tu vida diera un giro de ciento ochenta grados, eso sería tan relajante y liberador que se podría decir que ese era tu nuevo sueño de ahora en adelante.

Flash Back

Te lanzaron a una habitación para cerrar la puerta detrás tuyo, no sin antes decir  "Me la pase increible" Con una sonrisa socarrona la cual te dio un mal sabor de boca, pero aunque esto haya pasado simplemente no estabas lista para darte por vencida, querías seguir luchando por tu libertad, y estabas segura que lo harías cada minuto de el resto de tu vida, mientras siguieras con vida.

Estabas tirada en el piso, estaba frío... Tu pelvis te dolía y cada parte de ti te daba asco, aun podías sentir los fluidos de los tres hombres encima tuyo, cosa que te daba una peor sensación, pero agradecías profundamente que después de el acto te hubiesen dado una ducha, tal vez no fue tan relajante como esperarías, pero te dejo limpia, y si, no cepilláron tu pelo como tu madre solía hacer, pero esas cosas de niña terminaron para ti.

Las lágrimas comenzaron a bajar por tus mejillas, pero tu no sollozabas, solo veias a la puerta con rabia, tus dientes comenzaron a doler por sentir tanta fuerza entre ellos. Te sentías celosa, envidiabas la vida que los niños comunes tenían, cosa que no disfrutarías por un rato, pero tal vez las cosas vayan mejor para ti, o bueno, al menos ese fue el pensamiento más irracional en el que pudiste creer en esos momentos.

Soltaste un suspiro pesado, y sin más que hacer posicionaste tus manos en el piso para ayudarte a ti misma a levantarte. Sentiste la tierra debajo de estas, y una pequeña piedra se incrustó en tu mano, pero esto te importo muy poco, en lugar de doler solo fueron cosquillas comparadas con todo lo que te paso ese día.

No querías que viesen que estabas destrozada, tus debilidades en este momento eran tus peores enemigas, y aunque te dolía hasta pensar, no planeabas el demostrar nada de lo que pueden usar como ventaja delante de ti. Asi es, esa niña pequeña hacia acciones de adulto, y tomaba decisiones como tal, cosa que nadie más haría, seguramente, incluyendo los adultos los cuales entrarían en un estado de total pánico.

Estabas en una habitación nueva, donde el aire entraba por una pequeña ventanilla abarrotada la cual dirigía al pasillo, cosa que no te ayudaría en nada, pero a pesar de esto continuaste averiguando todo de esa habitación, especialmente cables, cables de la luz, tuberias agua, de gas, todo lo posiblemente humano, pero no había mucho que averiguar, eran solo cuatro paredes.

Los años comenzaron a pasar, todos los días eran iguales, te aburría la monotonía, y al mismo tiempo tu cordura comenzaba a desaparecer. Despertar temprano, asearse, comer, tomar pastillas, luego inyecciones, luego inhalar, luego ir a "trabajar", volverte a asear entre cada trabajo y finalizar el día cenando pan, sopa y agua para finalmente repetir la lista una vez mas.

Recordabas que Mirio y Tamaki querían ser héroes. En esos momentos de crisis, muy dentro de tu corazón esperabas a que ellos te rescatasen, suponias que era algo que te ayudaba a mantenerte cuerda, y al mismo tiempo te ayudaba a no rendirte y seguir luchando, pero tu mente seguía escéptica de lo que pasaría. Te quedarías ahí el resto de tu miserable vida.

Lo peor es que los pedidos los cuales te deseaban específicamente a ti incrementaron bastante rápido,  tal parece que a todos esos cerdos les encantabas,No sabías que era de ti, si esa personalidad fuerte en la cual siempre peleabas no importa que tan drogada estés, o ese buen cuerpo el cual se desarrollo mejor de lo esperado por los constantes usos que le daban todos.

Te dabas tanto asco, simplemente detestabas el no poder ser lo suficientemente fea para que finalmente te matasen, como a muchas con las que alguna vez interactuaste las cuales después de un tiempo dejaron de salir a los comedores, seguramente porque no habían logrado atraer los suficientes clientes; pero dentro de ti, aun esperabas un héroe el cual las salvase a todas ustedes, las regrese a casa, las apoye, les de tratos médicos, les ayude a superar todo con ayuda de sus recursos.

Valla que ingenua fuiste!

Nadie llegó nunca, en su lugar una duda creció en tu cabeza, todas las noches te carcomía por dentro pero nunca lograste encontrar ninguna respuesta a el asunto. "Alguien alguna vez me busco?" Te preguntabas, y aunque estabas deseosa por saber aquella respuesta, nunca conseguirías tener una respuesta concisa.

Los años comenzaron a pasar, cada uno mas lento que el anterior, las cosas se salían de tu control y comenzabas a preocuparte. Pasaron los suficientes años para perder la fe y esperanza, pero no el carácter, al contrario, se puede decir que solo lo hizo más fuerte con el paso de los años, cosa que les daba más placer a quien sea que te usara.

Pero un día, finalmente te olvidaste de los héroes.

Tenias que salir por tus propios medios, no importaba que costará, ni cuántas vidas arrebataras, o cuantos deberías dejar atras, solo no podías quedarte en ese edificio mucho más antes de realmente volverte loca, por lo que ideaste el plan perfecto, tanto que te preguntabas el como no lo habías pensado antes, era bastante simple, pero nunca pudo pasar por tu cabeza.

Si tu escapabas era evidente que irias a la estacion de policia y avisarias acerca de el lugar, y acerca de las horribles cosas que pasaban en el, no podrían quedarse en el edificio por mucho tiempo, y ese temor, el cual siempre existió en el fondo de los corazones de aquellas personas, sería lo que usarías a tu favor.

Suspiraste, era de noche, nadie te vería realizar las acciones que necesitabas, y las demás no te acusarian, eran tan leales como un perro, solo necesitabas desaparecer de la vista de tus cuidadores, y gracias a dios si que tenias el cómo.

Abriste el colchón, y dañandote cada parte de tu organismo conseguiste el entrar ahí, no hiciste ningun sonido por las largas horas que estuviste dentro de tal objeto, te habías acomodado lo suficientemente mal para que no quedases cómoda y tuvieses alambres atravesando ciertas partes de ti, pero de una manera excelente ya que realmente parecía un colchon simple.

Finalmente escuchaste todo el movimiento el cual escalaba desde las habitaciones de la derecha hasta la tuya, sentiste como el gran hombre comenzaba a escanear la habitación con la vista, luego de recorrerla un par de veces y de patear tu escondite se dio por vencido, estaba casi seguro de que habías escapado.

—Zorra?— Preguntó el hombre ya más alarmado y desesperado, cosa que realmente no ayudo mucho. Contuviste tu respiración, te quedaste tan quieta que te veías como una estatua, obviamente no habías dejado la habitacion de una manera tan simple, le habías quitado algunas partes a la pared, por ejemplo el compartimiento supuestamente secreto estaba abierto de par en par.

—Judi! Donde esta la zorra?!— Preguntó alarmado el hombre a lo que la otra chica se acercó casi corriendo a ver de qué se suponía que hablaba su cómplice de el crimen, pero al llegar solo pudo tragar duro. Jurabas que podías escuchar sus corazones latiendo a mil por hora, cosa que casi te hace soltar una carcajada, pero no debías moverte ni un centímetro. 

—Diablos!— Gritó el, tu sonreiste, pero continuaste tan callada como podías.—Si se fue estamos jodidos, sube a las chicas al camión de carga y vámonos! Deja todo solo las necesitamos a ellas!— Gritó el hombre comenzando a moverse apurado de arriba a abajo de el edificio, intentando llevar todo lo que podía, todo menos las cosas que podía volver a conseguir, por ejemplo, los colchones.

Después de unas horas el edificio estaba completamente vacío, el silencio sepulcral era lo único que dejaron atrás.

Con mucho esfuerzo lograste finalmente salir de tu escondite al no percibir nadie más, y estabas en lo correcto, ya no había nada ni nadie, suspiraste pesadamente, te sentías exhausta, el mantenerte en la misma posición por horas, sin hacer ningún ruido ni movimiento te había dejado tan cansada que dudabas el cómo seguías despierta, te dolía cada hueso de tu cuerpo, pero lo valía.

Al salir lo primero que hiciste fue ver tu estado, no pensabas que estabas del todo sana, pero era mejor que estar muriendo, o ya estar muerta. Estabas dañada, y aunque te haya dolido bastante el salir de aquel colchón, sentías que ese dolor era el precio por la libertad, una libertad que apenas habías ganado y que finalmente volverías a ver después de tanto tiempo.

Te recargaste en la pared, esa pared que tanto tiempo significó tu retención forzada y tu sufrimiento continuo, te sentías inutil por solo haberte salvado a ti, pero sabías que a tus hermanas les hacía sentir orgullosas el saber que te habías ido, que vivirías una felicidad que ellas no pudieron obtener, por ellas.

Ademas, no dejarías las cosas asi, las cosas se irían abajo para ellos también, ellos también merecían sufrimiento, no merecían estar en la cárcel, eso sería muy piadoso para gente como ellos, gente de ese calibre se merecían la muerte... No más que eso, se merecen el sufrimiento eterno, se merecían una tortura lenta, una muerte rápida sería muy piadosa, una muerte tan lenta que dure años en realizarse sería lo ideal, que cada segundo de el resto de sus miserables vidas sea agonía pura y deseo de muerte, eso sería lo ideal para gente como ellos, debían de sufrir.

Pero como? Los héroes eran una pérdida de tiempo, ellos no cumplirían lo que tu deseabas, no eran demasiado piadosos, pero que se supone que harías sin ellos? Si, eran fuertes, y con muchos métodos y contactos en todo el mundo, pero eran demasiado ingenuos... Pero... Quien dice que necesitas a los héroes? Nunca te han ayudado, nunca han hecho lo que debían, nunca eran suficientemente buenos para terminar con el crimen, porque no hacerlo tu? Porque no simplemente hacer venganza por todas tú sola?  



ESPERO LES HAYA GUSTADO, FUERON 2037 PALABRAS, NO MI RECORD YA QUE EN UN ESPECIAL DE KATSUKI HICE MAS DE 2100, PERO DE CUALQUIER MANERA, FUE LO SUFICIENTEMENTE DESCRIPTIVO ESPERO, Y NO, AUN NO TERMINAMOS CON LA HISTORIA DE LA RAYIS, ESTO PASO CUANDO APENAS TENÍA UNOS 12 A 13 AÑOS APROXIMADAMENTE, Y ADIVINEN, TIENE ENTRE 18 Y 17 AÑOS... SOOOO SON CUATRO AÑOS MÁS LOS CUALES NARRAR PARA MI DESGRACIA, COMO SEA, ÚLTIMAMENTE HE DISFRUTADO BASTANTE EL ESCRIBIR ESTA HISTORIA, INCLUSIVE MÁS DE LA DE KATSUKI, O SHOUTO, O NANBAKA, ETC, A EXCEPCIÓN DE LA DE KIRISHIMA. 

DEJANDO MIS COSAS DE COMPLEJO DE DIOS EN MIS HISTORIAS GRACIAS POR LEER, COMENTEN, ÚLTIMAMENTE ME DA MUCHA GRACIA QUE DICEN QUE TENEMOS UNA RELACIÓN AMOR-ODIO ENTRE LECTORAS Y YO, BUENO DEJENME REVELÓ ESTO, YO LAS AMO PERO MIS HISTORIAS SON ALGO MUY PARECIDO A LA VIDA HABLÁNDOLES.

TE HARÉ SER FELIZ, PERO PRIMERO TE HARÉ FUERTE

SOOO, YEAH YO LAS AMO A TODAS USTEDES, PERO AMO MAS VER A TODOS SUFRIR, ES MI SUEÑO DESDE PEQUEÑA, PEEERO AL NO QUERER IR A LA CÁRCEL EN ELPROCESO HAGO ESTO :)

COMO SEA, LO REPETIRÉ, GRACIAS POR LEER, COMENTEN ESTRELLITA SI QUIEREN ETC.

¿Qué? -- Dabi × tuWhere stories live. Discover now