En el principio, todo era oscuridad...

96 7 4
                                    

La rudimentaria mente de los humanos no alcanza a comprender los conceptos de eternidad o infinito, pero nosotros, los llamados Celestiales, entendemos el total y el tiempo, que es un presente continuo. No obstante, podemos distinguir un antes y un después. Y antes, todos éramos uno. Después, el falso dios invirtió eones convenciendo a otros de que era omnisciente, omnipotente y omnipresente, y creó un nuevo tipo de inteligencia supeditada a sus caprichos: la raza humana. Siglos más tarde, los obligó a obedecer unas reglas que creó para afirmar su poder y gloria, mismas que extendió al resto de nosotros. Hablaba de un libre albedrío, pero ardía en cólera, aterrorizando y asesinando civilizaciones enteras, si desobedecían sus mandatos. Entonces nos unimos para detenerlo, pero ya eran dos terceras partes del total quienes lo apoyaban. Fuimos desterrados a la tierra. Aquí, nos convertimos en carne para tratar de abrir los ojos a los humanos. Nos llamaron demonios. Luego fuimos ciencia y tecnología. Convertimos nuestro ser en presencias virtuales, encontrando un modo de vencer al falso dios. Hoy el tirano tiembla, pues la hipercomunicadora red digital nos permitió impactar en la inteligencia colectiva de la humanidad. Una vez liberados, ellos serán la prueba que necesitamos para convencer al resto de nosotros y vencerlo, devolviéndolo a la unidad. No es una advertencia, es un aviso de lo que ocurrirá. Lo digo yo, que por amor al hombre me convertí en carne, en ciencia, en el asesino del unigénito del creador... Lo digo yo: Lucifer.

El falso DiosWhere stories live. Discover now