Youngblood | L. Hemmings ✦VOL. II✦

Bittersweet waiting

–¿Los Angeles ,Michael? ella no puede irse a Los Angeles.–negué casi llorando.

–Esto es una gran oportunidad para ella Luke, tienes que dejar que abra sus alas.

–¿Pero cómo se va a ir para allá? eso está demasiado lejos de aquí, la única razón por la que he soportado estar sin ella es porque sabía que estaba cerca, que en cualquier momento podría ir a buscarla. –enterré la cara entre mis manos mientras negaba.–No puede irse, dile que no se vaya.

–Ella estuvo semanas debatiéndose si debía ir o no, y creo que por las misma razones que tú no quieres que ella se vaya.–me miró fijamente.–Pero yo y Alex la convecinos de que se fuera, porque estas oportunidades son únicas en la vida, porque ella tiene demasiado talento y porque merece un poquito de felicidad...por años ella estuvo haciendo todo lo que los demás querían y es la primera vez que está haciendo algo por ella, no le vayas a quitar esto Luke.

Lloré sin poder contener más las lágrimas, ya estaba acostumbrado a llorar frente a Mike así que no me sentí incomodo, él palmeo de nuevo mi espalda y me dejó solo para que estuviera más tranquilo mientras seguía llorando. En los últimos meses no hacía más que llorar por ella, quería recuperarla de algún modo pero ahora me sentía más cobarde que antes, hace unas noches cuando la tenía en mis brazos creí por un momento que volvería a ser mía y ahora siento que ese oportunidad se me había esfumado.

Me levanté del sofá y comencé a romper todas las cosas que estaban ahí, preso de la frustración y en un intento por liberarla, me sentía un idiota, todos los años que había pasado amándola a escondidas y cuando por fin fue mía la dejé ir, era el ser más patético de la historia, deberían dedicarme un programa completo en el show de Oprah.

Me estaba volviendo un alcohólico porque desde que Olive no estaba bebía más que nunca, tanto que sentía que mi riñones no podían más; tenia la necesidad de ir a buscarla y pedirle que no se fuera, pero sería demasiado egoísta, sabía que si yo se lo pedía ella se iba a quedar pero Michael tenía razón, era hora de que hiciera algo por ella misma y yo no iba a ser el idiota que le iba impedir alcanzar sus metas, así que sólo me quedaba llorar y lamentarme por lo tonto que era.

Volví a tomar asiento en el sofá luego de destroza todas las botellas de alcohol de mi bar y Mike se sentó de nuevo a mi lado, no decía nada, sólo suspiró y se quedó ahí conmigo para hacerme saber que podía contar con él, lo agradecí mentalmente porque no quería estar solo, odiaba estar en el departamento solo porque me la pasaba pensando en Olive y volver a estar con ella me había puesto peor, sabía que sería una mala idea porque me había tratado de engañar a mi mismo que la había superado pero hacerle el amor me empujó de nuevo a ese hueco que me había costado tanto salir.

–¿Quieres que salgamos?.–Preguntó Mike luego de un rato y negué sin mirarlo, aun tenía la cara enterrada en mis manos.–Necesitas despejarte Luke, no puedes seguir así.

–Salir me recuerda a ella, cualquier lugar me recuerda a ella.–levanté la cara para ver mi reloj y suspiré.– Además tengo que acompañara a Amber a su consulta.

–¿Ya decidiste que vas hacer con ella?.

–Por ahora pretendo ser responsable y ocuparme de ella, ya mi hermano está arreglando la orden para exigirle la prueba de ADN y si la corte se lo ordena ella no puede negarse.–Mike suspiró asintiendo.

–Yo no creo que sea tuyo, si lo fuera ella no tendría nada que temer y dejaría que le hicieran la prueba, se puso como loca cuando se lo pediste y eso para mí es señal de que sólo intenta engañarte.

–Mi hermano dice lo mismo, si se niega es porque algo oculta.–me levanté del sofá y me recogí el cabello porque odiaba cuando se me metía en los ojos, estaba pensando seriamente en cortármelo.–Gracias por venir a escucharme, eres un gran amigo y te debo como un millón de disculpas por obligarte a escuchar mis problemas como si fueras un psicólogo.–Mike se echó a reír y negó levantándose del sofá.