capítulo cuatro

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Extraño tu revoltoso cabello y extraño acariciarlo con mis manos mientras duermes, extraño tus besos en la mañana que con tanto cariño decían que ya era hora de despertar, extraño nuestras citas improvisadas y las largas caminatas por el río Han.

Hey, Chris.
Yo, otra vez, sentado al lado de tu lápida reproduciendo nuestra canción. Fue un día frío, de esos de los que te encantan, espero lo disfrutes.

- con amor, un minho divagando sobre que el clima se siente diferente ahora que no estás.

duele, banginho.Where stories live. Discover now