Querido Malfoy

12.

- ¿Ron ha muerto? - Ginny se tiró al suelo, se cubrió la cara con las manos y se echó a llorar.

- ¿Cómo ha sido? - preguntó la castaña con voz temblorosa, sin que la otra chica la escuchara.

- Ha sido Malfoy - dijo en un susurro - Ron le quería matar y él contraatacó - la chica se echó en los brazos del pelinegro y empezó a llorar sobre su hombro -. No llores, hay que dejarlo pasar - Potter le empezó a acariciar el pelo, la chica levantó la cabeza y miró fijamente al chico de preciosos ojos verdes. Le besó, ambos se unieron en un apasionado beso.

Salieron de la mano de la sala común, aunque aún estaban muy dolidos. En el pasillo se encontraron con Malfoy.

- Potter - dijo el rubio despreciablemente - así que me has cambiado por Granger. ¡Eres idiota!

- ¿Cómo te atreves a hablarle así al chico que vivió? - saltó Granger.

- ¿Quieres pelea, no? - el rubio lanzó un hechizo que la castaña esquivó. Se sumergieron en un duelo. Potter estaba viéndolos, sabía que uno de los dos moriría y él quedaría destrozado.

Un destello verde salió de una de las dos varitas, el maleficio se había desviado y había ido a parar directamente al pecho del pelinegro, quien inmediatamente, quedó sin vida.
Malfoy se echó a llorar, había matado al chico que más quería, había hecho la peor obra de su vida.
Entonces, el rubio se despertó, estaba desnudo sobre su cama, al lado del chico de la cicatriz en la frente. Sonrió y le dio un beso en el cuello. Aquello no había sido más que un mal sueño.