1. Memento Mori

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Capítulo I:

Memento Mori.

Samantha

—¡Y...llegamos! — Exclamo mi amiga Skylar, cuando el auto estaciono frente a la entrada de uno de los Clubs de más renombre en la ciudad; el Inframundo.

Un edificio de tres pisos, con un decorado en piedra caliza que recordaba la entrada al mítico reino de Hades. De no ser por las brillantes luces de neón que anuncian su nombre en los antiguos caracteres griegos, y la estridente música que provenía de su interior, su fachada parecería más a la de una casa de terror. Aunque eso no disminuía su atractivo para aquellos que buscaban una buena fiesta.

«Incluyéndonos...»

Ensanche mi sonrisa, no podía evitarlo ¡Era mi primera vez en un club, y mis amigos había elegido traerme a uno de los mejores!

«Eso es amor, gente...»

—A ver cumpleañera, déjeme ayudarla a bajar. — se rio Alejandro juguetón, tras dejar el asiento del piloto y abrirme la puerta.

—¿No deberías ofrecerle esta ayuda a tu novia?— pregunte en el mismo tono, aceptando la mano que me ofrece. Es que su camioneta es bien alta, y yo siendo chiquita y en tacones, pues no es fácil bajarse.

Alejandro soltó una risa y negó, su cabello azul sacudiéndose de lado a lado ante lo laceo que es.

—Mi chica es lista e independiente...se viene en tenis y se pone los tacones después— dijo, apuntando con los ojos el interior del auto. Ante su gesto voltee, justo a tiempo para ver a Skylar saltar con poco cuidado fuera del auto.

Solté una risa entre dientes y fui a reunirme con mis amigos al otro lado del auto.

Alya y Skylar se acomodaban la ropa con cuidado, mientras que Erick se recostaba del auto con la misma cara de huraño que traía desde que salimos de su casa. Casi al instante, Alejandro se arrodillo frente a su novia, ayudándola a cambiarse los zapatos.

—¿Emocionada? — Me preguntó Alya cuando me acerque a ella, sonriendo de esa forma dulce que parece a juego con su vestido rosa.

—¿Se me nota? Me moría de ganas por hacer algo diferente esta noche. — confesé juguetona, y es que no podían culparme, mis últimos cumpleaños fueron encerrada en casa. Ya quería cambiar esa rutina anual, aunque no se me ocurría nada... hasta que apareció Skylar con cinco entradas VIP para Inframundo.

«Como siempre, Skylar siendo la mala influencia...por eso la amo»

—Si...pero no entiendo ... ¿qué tenían de malo nuestros planes anteriores? — cuestiono Erick, enderezándose en su metro ochenta, cuando todos estuvimos listos.

Sus ojos castaños mostraban la irritación que sentía, a la vez que no dejaba de quejarse como niño pequeño, cosa que no va a acorde con su estatura. De hecho, lo hace divertido.

— ¡Es lo que hacemos siempre! ¡Una buena noche de películas! — insistió en su plan anterior, elevando la voz.

Decidí no comentar nada y solo observé las expresiones de mis amigos ante el berrinche de Erick; Alejandro y Skylar se mostraban fastidiados, sobre todo la morena, mientras que Alya sonrió de forma nerviosa.

—¿Y qué tiene de malo hacer algo diferente? — refuto Skylar con fastidio, era obvio que se comenzaba a enojar por la actitud amargada de Erick. Eso era preocupante, pues todos sabemos del mal carácter de Skylar, cuando acabas con su paciencia, debes tener mucho cuidado.

«solo espero que no se terminen peleando» suspire con pesadez.

— por si no te diste cuenta, tu eres el único enojado por el cambio de planes. Sam, que es el motivo por el que salimos a festejar hoy, está muy emocionada por la idea. — señalo y al instante, todas las miradas se posaron en mí.

Vainilla DivinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora