Capítulo 1

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Soplaba el viento fuerte en Torrealba. El auto rojo se estacionó frente a ellos, frenando en seco por el barro. Sara frunció el ceño.

—¿Quién es ese, papá?

Éste apretó los labios y negó con la cabeza. Sabía la respuesta, era obvio. Ella lo conocía lo suficiente para entender que así era. Volvió a mirar al joven del auto. Pelo castaño. Barba incipiente. Camisa a cuadros escocesa. Doggo ladró, furioso, ante el desconocido, pero el padre se acercó al viejo labrador con ánimo de calmarlo.

—Tranquilo, Doggo. Es un amigo. Es familia.

Sara volvió a observar a su padre, insistiéndole con la mirada. Éste resopló. El tipo del auto se bajó del vehículo.

Tenía los ojos llorosos. Eso no se había notado a través de los cristales del automóvil. Se veía poco mayor que la misma Sara, debía tener veinte o veintiún años a lo sumo.

—Papá — murmuró el hombre, en un sollozo.

—Lucas.

—Me dijeron que habías muerto — replicó éste, con voz entrecortada — Que el helicóptero se había caído, que no hubo sobrevivientes, que se hicieron pedazos todos y cada uno de los pasajeros. Me dijeron... dijeron...que sus cráneos...papá, me dijeron muchas cosas... ¿y no fue así, no fue así papá?

—Por suerte no.

Lucas temblaba. Su padre se mantenía impasible. Demasiado impasible. Sara creyó no reconocer al hombre de pelo blanquecino que tenía frente a sí, con el mismo impermeable azul de toda la vida y la sonrisa pícara de siempre. Parecía otro.

—¿No fue así? — gritó Lucas — ¿Eso es todo?

No recibió respuesta. El cielo empezó a teñirse de gris nuevamente.

Lucas se acercó a su padre. Lo miró fijo, furioso.

—Ni una carta. Ni un mensaje. Ni un puto mensaje. Nada que me dijera que estabas vivo, que estabas bien, que...que...que me querías...

—Estoy bien. Te aprecio, Lucas.

—¡Eres una mierda!

Y se largó a llover.

Mientras que su medio hermano se alejaba, de vuelta al auto, Sara contenía las lágrimas. No entendía nada. No quería entender tampoco. Se le estaba derrumbando el mundo, su padre, su todo. Y no quería que eso pasara.

TorrealbaWhere stories live. Discover now