A veces, Martín se preguntaba cual era el sentido de todo aquello. Miró por la ventana. Seguía lloviendo. Ciudad de mierda. Pueblo, mejor dicho; Torrealba era casi un pueblo. Lo odiaba. Apoyó la espalda en el respaldo de la silla, y miró la lámpara del techo.
No le gustaba estar ahí. Extrañaba la ciudad, Santiago; el ruido y la gente. El sonido de los automóviles, los buses, las bocinas. Extrañaba a su hermana, Margarita, siendo ella misma, la que él había conocido.
Sonó una notificación en su celular. Lo tomó, y miró el mensaje.
SARA
Tenemos que hablar.
Martín suspiró. Sara siempre tenía que hablar, por cualquier cosa. No le dio importancia, así que deslizó las ruedas de la silla hacia la sala del televisor.
Llegó a la salita vacía. La TV estaba rota, con la pantalla en mil pedazos. El sofá dado vuelta, las plumas de lo que quedaba de cojines volando por todos lados.
Martín suspiró otra vez.
—¡Mamá! ¡Mamá, Margarita anda suelta en la casa!
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DU LIEST GERADE
Torrealba
Aktuelle LiteraturPueblo chico, infierno grande, dicen. ¿Qué pueden tener en común un hospital psiquiátrico, dos amigas demasiado unidas, un chico melancólico y una iglesia en ruinas? Esta es la historia de un amor imposible, de misterios por desentrañar, secretos...