ShinKami Week 2019

Día 7: Omegaverse

Shinso es un alfa.

Kaminari también lo es.

Y las personas externas a ellos, dicen que amarse mutuamente es doloroso.

Suerte de ellos el ser masoquistas.

Han dicho que es incorrecto. Pero realmente esto no es una prueba como para estar calificando las cosas. Así que, ellos solo siguen de largo.

Aunque eso sí, perdieron muchas cosas solo para ganar el manejo de sus emociones y acciones como personas, y poder llegar hasta lo que son ahora.

Y, ciertamente, lo volverían a perder todo de ser necesario. Si eso les otorga la posibilidad de elegirse nuevamente.

No es tan complicado como la mayoría cree.
Es solo cuestión de que cada noche, antes de dormir, deberán tomar tres píldoras sin falta.

La primera es la roja... La suficientemente potente para dormir su instinto animal por 24 horas.

La segunda es la verde... Capaz de suprimir las feromonas que se comunican por sí solas.

Y la última es la blanca, aquella que debe acompañar obligatoriamente a las dos anteriores, para efectuar la anulación... Pues, ésta es la que suprime los síntomas al rechazo en contra del lazo. Aquel lazo que los conectan a sus destinados.

Solo algunos alfas tienen una conexión establecida hacia un omega al nacer. Desgraciadamente, ambos estaban condenados desde el principio.

Sin embargo, desde hace tiempo se creó un tipo de cura o más bien "alteración", que funciona para dejar de lado las conexiones, Shinso y Kaminari no dudaron en recurrír a ésta, el único problema en aquel entonces fue que ambos extremos de la conexión debían estar de acuerdo con la decisión y vivir con las medicinas de por vida.
Las tres píldoras son capaces de suprimir las características básicas de las especies, pero cuando se trata de destinados los instintos se vuelven más poderosos, más agresivos con el portador, es por lo que ambos extremos de la conexión de destinados deben de renunciar a pertenecerse. Tanto omega como alfa.

Fue un proceso duro, no solo por la duda constante, o los sentimientos que aparecían de la nada, sino porque estaban divididos, una parte de ellos quería simplemente aceptar la naturaleza — aquella que les ordenaba a quienes amar, por alguna razón hasta la fecha, desconocida—. Y la otra parte vivía aferrada a lo que se fue creando de a poco en sus corazones —aquellos sentimientos que surgieron en base a algo; a interacciones, roces, palabras y gestos —, sus dos mitades vivían peleadas dentro ellos mismos, y eso era agotador para cualquier alfa. Pero ambos debían recordarse que esos sentimientos creados de la nada en presencia del destinado, no eran reales.

Shinso debía enfocarse en Kaminari y recordar la promesa de un futuro juntos.

Mientras que Kaminari... sopesaba la idea de que la mierda de los destinados era un chiste personal de Dios.

Uno que no le causaba ni tantita gracia.

Principalmente porque su omega destinado lo aborrecía lo suficiente como para golpearlo, insultarlo, maldecirlo, y mandarlo a la mierda cada vez que lo pillaba respirando su mismo aire. O coexistiendo en su mismo planeta.

Es más, Shinso y él se enteraron de ésta grandiosa "cura" solo porque su destinado se lo había echado en cara, y amenazado con asesinarlo si es que se rehusaba.

Porque obviamente Katsuki Bakugo no iba a convertirse en un idiota complaciente, adorable y en busca del amparo de un tonto de remate. Desde que se enteró que Kaminari es su destinado no ha hecho más que maldecirlo a él y a su genética. Asqueado ante la idea de una relación entre ambos. O bueno, su parte enteramente humana estaba realmente asqueada, sin embargo, su lado omega movia su cola imaginaria cada vez que se topaba con Denki, como una vil perra maldita, una rata traidora más bien.
Y, mientras que Bakugo vomitaba imaginariamente cada vez que lo veía, Kaminari irremediablemente lidiaba con sus dilemas existenciales cada vez que veía a Bakugo y le azotaba la petulante idea de querer protegerlo y cuidarlo. En esos casos no podía más que preguntarse internamente, ¿quién lo protegería a él de esa bestia, si insinuaba semejante blasfemia a Bakugo?