Atticus Chase: psicólogo de sueños - DarkZan23 y Dadelos38

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Convención Europea de Biomedicina

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Convención Europea de Biomedicina.

6 de mayo de 2022.

—¿Usted asegura que su paciente tenía Taquipsiquia y quedó totalmente curado luego de su intervención? —sondea, escéptico, uno de los jueces del Consejo Europeo de Biomedicina que evalúa el trabajo del doctor Atticus Chase, mi mentor.

Él, con toda su parsimonia, se acerca al micrófono en donde minutos antes había estado exponiendo el caso de Peter Hollister —uno de sus últimos pacientes quien sumó un nuevo éxito a su notable trabajo— y le responde, irritado:

—Así es. Y lo voy a repetir, ya que su terquedad ciega su objetividad.

Me indica con una seña que vuelva a reproducir la sesión con Hollister, grabada con una micro cámara, insertada en la retina derecha del doctor y conectada a mi computadora para que yo lo asista.

—Mediante un simulador onírico, construido para despistar e imitar nuestras emociones, que ustedes detestan por no haberlo inventado antes que yo, puedo atravesar el subconsciente de mi paciente y ver sus recuerdos. El señor Hollister recuerda haber matado, accidentalmente, a un ladrón que, en realidad, no iba a dispararle sino a bajar su arma. Hecho que fue reprochado incluso por su empática compañera, Sydney, con la que, según percibí en la evocación, Hollister tenía una dudosa relación... —Bebió un poco de agua y prosiguió—: Con el simulador, alterné el contexto y las acciones de esa memoria, modificando la escena para que pareciera que, durante una salida con su esposa, un ladrón quiso asaltarlos. Así que, en esta falsa realidad, Hollister salvó a la mujer que ama, siendo un héroe. Esa contradicción de realidades alcanzó para sanar su trauma. Además, lo ayudó con la ambigua relación con su compañera que, en esta versión, lo trata de forma amable.

—Entonces, doctor Chase —cuestionó otro de los jueces, removiéndose en su asiento—: ¿usted insiste en que este método tan poco convencional, que amenaza uno de los más importantes protocolos adicionales del Convenio de Oviedo, debe ser aprobado por este Consejo, aún a expensas de que va en contra de todo lo legalmente permitido?

El doctor Chase exhala un largo suspiro, notando cómo todos los presentes, incluso los jueces, fijan su vista en él, conteniendo sus risas y convirtiéndolo en un hazmerreír.

—Mi tarea es salvar a aquellos que llaman condenados porque no tienen cura —expone—. Sonríen, tachándome de cínico e irresponsable por llevar la psicología, la farmacología y la biomedicina a tal extremo, pero nadie entiende la importancia de mi trabajo. Me rechazan cada año, no toman en serio mis presentaciones, es ostensible que esta vez tampoco lo harán. Yo salvo mentes, señores. Ustedes nunca lo entenderán...

Luego de esto, el doctor Chase toma sus apuntes y abandona el atril en donde había estado presentando los resultados de su último ensayo clínico. Lo sigo, sin detenerme a ver la reacción de los demás.

—¿Adónde nos dirigimos, doctor Chase?

—A mi consultorio, Chuck —me responde con su semblante indescifrable—. Tenemos pacientes que atender. Ellos no pueden esperar.

Antología Desafío CaleidoscopioWhere stories live. Discover now