No sabe que ponerse. Y eso lo estresa. Seguramente si Jimin estuviera ahí le diría que el pantalón negro no combina con la playera que tiene puesta, o que sus zapatos son demasiado simples. Pero taehyung no puede estar toda la tarde deseando que su mejor amigo entre por la ventana de su habitación.
—jungkook te invito a ti no a mi.
Tal vez sea eso lo que le diría su amigo, si Taehyung le preguntase qué ponerse.
((🔎))
—estoy nervioso.
—lo sé, se nota. Pero tranquilízate, todo saldrá de maravilla... Me tengo que ir, te hablo más tarde, taehyung. Suerte.— y de un momento a otro dejo de escuchar la voz de Jimin siendo remplazada por el sonido de una llamada terminada.
Los pasos de taehyung pararon cuando llegó al lugar que él y jungkook habían acordado, simplemente cuando lo vio una sonrisa adornó su rostro, porque Dios, el hecho de ver al chico, era como mirar directamente al sol.
Jungkook es como el sol, brillante y lleno de vida.
La mía ya es tuya, tómala si quieres.
—perdón por la tardanza, Jungkook.— él aludido sonrió de una manera tan linda, que logró derretir completamente el corazón del castaño.
