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"Toda historia tiene un comienzo, pero no todas tienen un final"
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Jazz

6 años antes:

—¿La veis por alguna parte? —preguntó Dariush —Demonios, ¿dónde está?

—Shh, cállate —pidió Heav —Intento localizarla.

—¡Obligame!

—¿Eres tonto o te pegan en casa? —bufó. Dariush y ella empezaron a discutir.

Negué con la cabeza varias veces.
Desde que nos eligieron a nosotros tres, Dariush y Heavenly no hacían más que pelearse. Eran tantas sus diferencias que su nivel de odio avanzaba cada día más.
Apenas llevamos dos años supervisando a la niña desde que nos encargaron.

—Chicos —hablé. Heav y Dariush seguían discutiendo —Ya esta bien ustedes dos

—¿No te puedes comportar por una vez en tu vida, teñido? —se cruzó de brazos.

Dariush apretó sus puños y los pequeños cuernos de su cabeza azul se agrandaron —¡No me llames teñido!, además, soy un demonio, comportarse no entra en mi vocabulario, rizitos.

—Eres insoportable —suspiró molesta

—No más que tú —sonrió apático

—¡Chicos!  —Giraron sus cabezas, mirándome por encima del hombro. —Centrémonos en como esta Ruth o más bien, donde está.

Dariush abrió la boca para decir algo, pero la puerta de la habitación se abrió.
Ruth se encontraba mirando su movil y se tumbó en la cama.
A pesar de tener doce años lucia mucho mas joven.

—Ya era hora —bufó Dariush.

—Shh, solo haces más que quejarte —susurró Heavenly.

—¿Por qué susurras? Ella no puede oirnos ni vernos, idiota. —volvió a hablar

Me limité a reír y Dariush se encogió de hombros con aires de superioridad. Heav frunció el ceño.

—¿Qué hora es? Hoy tenemos que renovar nuestro puesto —sacó de su mochila una pequeña agenda donde apuntaba nuestros horarios de vigilancia. —A las dos de la mañana —habló —creo que a esa hora estaré libre

—Yo no puedo ir —dijo Dariush

—Tenemos clase a medianoche, creo que perfectamente te dará tiempo, teñido, tienes que saltarte solo la clase a esa hora —Pensó Heav en voz alta.

—¡Por el Altísimo!, un Ángel saltándose clases —comentó jocoso —Chica mala, me gusta

—Agh, estúpido anormal.

—Por el amor de Dios, ¿no sabéis hablar civilizadamente como dos personas normales? —pregunté irritado interrumpiendo.

—No —dijeron al unísono.

Volvimos la vista a la pantalla y contemplamos como Ruth se levantó de la cama molesta.
Al parecer le habían llamado para cenar y tenía que irse.

—¡Ya voy! —salió de la habitación y cerró la puerta.

—Odio mi vida —se quejó Dariush.

Heav se rió de él y empezaron otra discusión.
Las discusiones entre ellos se volvían tan normales que bajé de mi gran "nube"
Llamamos así a nuestro pequeño espacio dónde ningún ser mortal nos ve ni tampoco oírnos, siempre y cuando no salgamos de esta, cosa que está completamente prohibida según las normativas.

A TU LADO ©[📍]Where stories live. Discover now