~Recuerdos del pasado~

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Domingo, una casa vacía, sentado en un pequeño escritorio de una habitación, se había encerrado un joven, su cabello parecía esponjoso pero estaba despeinado a pesar de eso mantenía su forma de hongo, él veía su celular con una sonrisa, en la pantalla se mostraba un contacto registrado con el nombre de Sou.

-Espero poder redimirme y que te alcancen mis intenciones.

Tras decir eso se tapó ligeramente su boca con el celular que tenía en su mano, ¿Estaba ocultando su sonrisa a la nada?, cuando estaba por levantarse le dió un fuerte dolor de cabeza, ese era un malestar que ha tenido durante muchos años, él tenía una ligera idea de lo que pudo haber ocasionado esos dolores pero no era del todo certero, inconscientemente comenzó a recordar los días en los que él era un estudiante de primaria de 10 años.

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-¡Todos hagan silencio!

Una profesora gritaba al punto de casi perder su cordura, los niños gritaban y corrían, habían reunido a los alumnos de grados distintos en un salón grande para que recibieran una charla, los niños no pueden mantenerse quietos ni callados en ese salón... A excepción de un niño, eso era muy raro para el pequeño Eve, sus padres le decían que ignorara las cosas (personas) raras y él siguió esas palabras, notó que sus demás compañeros hacían lo mismo con aquel niño, ¿Sus padres también les dijeron que ignoren las cosas raras?, todo el día pasó aburrido y Eve debía regresar a casa para hacer su tarea, en la salida escuchó unos ruidos detrás de unos árboles cercanos.

-¡Hey, voz de niña! -Decía un niño mientras pateaba a otro que se encontraba tirado en el suelo cubriéndose la cabeza con sus pequeños brazos.

-¡Habla nenita! -Decía otro niño mientras se burlaba.

El niño tirado dejó de cubrirse e intentó apoyar sus manos en el suelo para poder pararse, ese niño era... Él niño raro... El que no hablaba, ¿Cómo era que se llamaba?, Eve mantenía su distancia mientras intentaba recordar su nombre de repente escucha un grito.

-¡Mira!,¡Mira!, ¡Grita como una niña! -El niño que dijo eso le había pisado las manos haciendo que este gritara de dolor, cada vez ejercía más presión lastimando sus dedos.

“¡Eso no está bien!”, Eve sólo pensaba pero no hacía nada al respecto.

-¡P-por favor... Déjenme en paz! -Suplicaba el pequeño niño llorando.

-¡Eres muy llorona!, ¡Jajajaja! -Volvió a pisar sus manos.

-¡AAAAaaaahh!… Yo... Yo no soy una niña... -Su voz sonaba débil.

“Su voz es normal para un niño, y se atreven a decirle llorón después de haberle pisado las manos...”, Eve seguía hablando en su cabeza pero no sé atrevía a defender al niño, ¿¡Por qué!?, pues esos niños eran amables con Eve y no quería meterse en problemas con ellos, era un cobarde que odiaba el rechazo de los demás.

-¿¡Pero qué dices!?, ¡Mariquita! -El otro niño le escupió en la cara.

Luego de reírse se largaron del lugar, Eve se escondió para que no lo vieran, cuando se fueron se asomó de reojo para ver al niño a la distancia, estaba llorando a mares, parecía que sufría pero ya Eve se había ido a su casa.

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-Ugh... Realmente soy un estupido... -Eve se agarraba su cabeza como si se le fuera a caer por el dolor.

Abrió una gaveta del escritorio donde estaba, de ahí sacó un frasco con pastillas, no tuvo tiempo de tomarlas con agua, tomar pastillas sin agua realmente es desagradable, reposo su cabeza en el escritorio mientras esperó que la medicina hiciera efecto, se quedó dormido.

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