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-¿Irás así vestida? - preguntó mi mellizo mientras desayunaba, ya preparado para enfrentar el primer día en nuestro nuevo colegio.

-Siempre me vestí así y no cambiará por vivir en Corea - contesté comenzando a comer a su lado.

Felix me sonrió y colocó su mano sobre mi corto cabello para poder revolverlo, sabiendo que aunque me molestaba por cierta parte, me recordaba a cuando éramos niños.

Toda nuestra vida habíamos vivido en Australia pero por nuestros padres coreanos y su nuevo trabajo, tuvimos que empezar a vivir en Corea hacía solo unas semanas atrás. Sabíamos el idioma gracias a que de pequeños nuestros padres nos enseñaron tanto inglés como coreano, pero por la falta de practica seguíamos teniendo dificultades cuando hablaban muy rápido o con vocabulario demasiado específico. En mi caso no era un problema, nunca tuve vergüenza en equivocarme a pesar de que eso llevara a que dijera cosas sin sentido en coreano, mientras que por otro lado mi mellizo, alguien mucho más tímido, prefería no hablar a cometer errores.

Terminamos nuestro desayuno mientras hablábamos de cosas sin importancia y, una vez era hora de irnos hacia el instituto, caminamos aprovechando que no vivíamos demasiado lejos. El director del instituto nos había pedido amablemente que vayamos unos minutos antes de que comiencen las clases para poder explicarnos cómo funcionaba aquel colegio, además de mostrarnos el lugar.

Una vez en el instituto, mucho más grande que aquel que asistíamos en Sidney, debíamos dirigirnos hacia el despacho del director para poder saber nuestros horarios y aulas. El hombre, un viejo canoso y amable, nos dio todo lo que necesitábamos hablando de una manera pausada al notar que todavía teníamos ciertas dificultades con el idioma. Hizo llamar a un chico, que sería nuestro compañero en nuestra clase, para que nos muestre nuestra aula.

Al cabo de unos pocos minutos, llegó un chico bastante alto, con anchos hombros y su cabello ondulado teñido de rubio. Apenas nos vio, nos dirigió una alegre sonrisa, mostrando sus blancos y perfectos dientes y transmitiendo un aura agradable. 

-Él es Bang Chan, será su guía hoy y cualquier pregunta pueden hacérsela a él - dijo el director.

Comenzamos a seguirlo, yo en el medio de los dos mientras nos mostraba hacia diversas habitaciones del instituto. Mientras caminábamos hacia la cafetería, giró su cabeza hacia nosotros para observarnos mejor. 

-¿De dónde son? - curioseó Chan.

-Australia - contestó tímidamente mi hermano.

-Oh, yo viví mi infancia allí - dijo sorprendido en inglés y no nos pasó desapercibido a ninguno de los dos su fuerte acento australiano. Ambos le sonreímos al sentir aquella comodidad de tener a alguien con nuestra misma nacionalidad y él devolvió la sonrisa, pudiendo notar cómo sus ojos se achicaban cuando lo hacía.

Una vez terminó de mostrarnos rápidamente el colegio, a excepción del gimnasio donde se llevaba a cabo educación física y actividades extracurriculares, nos encaminamos hasta nuestra aula en silencio hasta que llegamos. Chan nos abrió la puerta y nos dejó pasar amablemente.

-Les presentaré a mis amigos - nos dijo caminando hacia los asientos de atrás, donde unos cuantos chicos nos comenzaban a mirar curiosos al ver a su amigo con dos chicos nuevos-. Bien, ellos son Jeongin, Seungmin, Changbin, Jisung y Minho - fue señalando uno a uno mientras cada uno nos dirigía una leve sonrisa y nos saludaban con la mano-. Ellos son... - comenzó para que nos podamos presentar nosotros.

-Felix - respondió mi hermano e hizo una pequeña reverencia.

-Yerim - me presenté haciendo que los ojos de Chan se abrieran como platos.

-¿Eh? ¿Eres una chica? - preguntó sorprendido.

Asentí con la cabeza y las mejillas y orejas de Chan se sonrojaron, murmurando "lo siento" varias veces mientras miraba hacia otro lado.

-Es obvio que es mujer, Chan - comentó el llamado Minho. Sus facciones eran muy atractivas, con unos grandes ojos y una perfecta nariz.

-¿Cuando dejarás de ser tan distraído? - comentó luego Jisung, quien sus mejillas regordeta y ojos redondos le daban un aspecto muy tierno, similar a una ardilla.

Todos los chicos rieron por la confusión de su amigo y tanto mi hermano como yo los acompañamos, mientras Chan se rascaba tímidamente la nuca y se reía apenado.

No era la primera vez que alguien confundía mi género ya que solía vestirme con ropa que normalmente usaría un hombre, además que mi corte de pelo era largo para un chico pero muy corto para una mujer. No había un porqué prefería vestir y tener un corte como un chico, además de no usar nada de maquillaje, solamente me sentía cómoda de esa manera. Nunca había permitido que los mandatos de la sociedad sobre cómo debía vestir según mi género interfirieran con lo que realmente quería usar y por suerte la gente que amaba, como mi familia y mis amigos en Australia, me habían aceptado sin intentar convencerme de lo contrario.

Aunque no podía llevar ropa de calle al instituto, había optado por usar el uniforme de varones, que era una camisa, un pantalón y un saco. La única diferencia con el de mujeres era que no debía usar falda, algo que nunca había podido soportar y admiraba a las personas que podían estar con eso puesto. Más temprano, antes de que llegara Chan al despacho del director, el hombre me había mirado extrañado y hecho un comentario sobre la vestimenta inadecuada, pero la mentira de ''debemos compartir los mismos tres uniformes con mi hermano porque no tenemos tanto dinero'' siempre me había funcionado a pesar de nunca habernos faltado dinero. La lástima era algo que odiaba, pero si eso permitía poder usar lo que quería no tenía problema en tomar ventaja de ello.

-¿Han visto a Hyunjin? - preguntó Jeongin, quien usaba aparatos en los dientes y era un poco más alto que el resto de chicos.

-Mh, no - respondió el chico que estaba a su lado, Seungmin.

-¡Hola! - saludó una voz entre mi mellizo y yo y ambos volteamos sobresaltados por el susto.

El perfil y rasgos del chico eran perfecto, sus labios gruesos y un lunar debajo de su ojo, además de parecer ser el más alto del grupo. No estaría exagerando si dijera que parecía un modelo.

-Hyunjin, ellos son Felix y Yerim. Son nuevos - nos presentó Chan.

Hyunjin volteó su rostro para estudiar a Felix con una sonrisa decorando su rostro para luego mirarme a mí. Frunció su ceño al ver mis facciones y mi uniforme para los varones. 

-¿Eres mujer o hombre? - preguntó confundido.

-¿Ven que no soy el único confundido? - les reclamó el rubio casi gritando señalando a Hyunjin con un dedo, quien no entendía porque comenzamos a reírnos. Hyunjin me lanzó una última mirada intimidatoria antes de que la profesora, que recién había entrado, comenzará la clase. 

tomboy » hwang hyunjinWhere stories live. Discover now