Rose #2 | Encajar

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-No te atrevas a tocarlos...- dije apuntando mi mano derecha hacia el pecho de Nicolás y la izquierda en señal de protección hacia los cuatro. - ¿Crees que vas a detenerme? ¿Acaso olvidaste quien eres Cristyna? Eres obscuridad. La obscuridad no protege, sino que intimida. ¿Cuando serás capaz de entenderlo? No perteneces aquí, y así como los anteriores, este nuevo equipo que tratas de formar te abandonará, porque eso eres. No encajas en este mundo de luz. - me miró con esa sonrisa malévola que tanto lo caracterizaba. Yo sin palabra alguna mantuve mi postura. - Vamos, entra en mi cabeza, hazme temer, muéstrame mis peores pesadillas. Y demuéstrales lo qué haces...- dijo volteando su mirada hacia ellos. - Cristyna, ¿de-de que está hablando? - dijo Giancarlo con un tono de duda y miedo a la vez. Me avergoncé demasiado. Rosario solo trato de hacerles señales de que se calmaran y no cambio su cara de defensa. -¡HE DICHO QUE ENTRES EN MI CABEZA Y LES DEMUESTRES QUIEN ERES!- grito con rabia Nicolás dando un golpe en el suelo que me hizo saltar del susto.

Roberto comenzó a balbucear: -¿qué pasa? nosotros debemos irnos... no quisimos entrometernos en su camino...- Víctor reacciona rápidamente de manera molesta diciendo -¡Cállate Roberto!- Rosario simplemente los voltea a ver y rueda los ojos en silencio.

-Bueno... entonces será por las malas.- Nicolás parpadea y sus pupilas tornaron a un color grisáceo casi blanco, sin quitar esa sonrisa mira de frente a Roberto y lo levanta en el aire. Roberto empieza a quejarse y a moverse sin entender que era lo que pasaba. Pocos segundos después, Nicolás empieza a ahorcarlo en el aire. - A-ayuda... no-no puedo respirar...- dice con dificultad Roberto. Yo sigo sin moverme.

-Esto es lo que quieres. Toda tu vida lo has tenido. Y aún así no puedes entenderlo. No perteneces, ¡demuéstralo! Solo eres el estorbo que le causó problemas al mundo entero, y ahora... Tú eliges- dijo Nicolás sonriéndome mientras Roberto continuó quejándose. Victor y Giancarlo se miraban mutuamente ya preocupados. Tenía que mantenerlo. Hasta que Rosario me dijo - ¡CRISTYNA! - Entonces respiré.

Todo se volvió color negro, el vacío. Una vez más frente a mis ojos. ¿Por que en este momento? Sentí impotencia en mis manos, la cual posteriormente se volvió un temblorío incluso llegaron a sudar. Mis venas se fueron tornando de un color obscuro que subió desde mis manos hasta el cuello. Yo solo cerraba los ojos tratando de contenerlo. Por fin los abrí, una nube de color gris me rodeaba y me hacía sentir poderosa. La mirada de Nicolás cambió haciendo que bajara a Roberto.

Víctor y Giancarlo lo asistieron para ponerlo a salvo. Por fin baje los brazos, empecé a caminar de frente para llegar a Nicolás. La nube grisácea me seguía en el trayecto hasta llegar cerca de él.

-Qué ironía... Tus venas demuestran el color de tu sangre al corromperte, y tus ojos lo contrario. Ojalá y esos ojos color grisáceo que tenemos en común algún día dejen de brillar.- dijo Nicolás seriamente

-Quisiste que entrará a tu mente, y aún así no lo hice. Tienes miedo, lo puedo sentir, hierve mi sangre.- le respondo.

-Te alimenta el terror de tus superiores... sigo estando en lo correcto. Dime Cristyna, ¿cuándo piensas decirles? Será tarde si no lo haces- respondió

Un silencio invadió el espacio, hasta que. -¡C-Cristyna!- dice Rosario con dificultades para respirar. También escuché quejidos de Giancarlo y los demás. Volteé asustada y regresé la mirada a Nicolás, lanzándome sobre su cabeza.

Sentí como todo se volvió tan lento, como si se quisiera detener el tiempo, Nicolás cayendo y yo tratando de posicionar mis manos sobre sus cienes. Quería que entrara, voy a entrar. Mis yemas tocaron su cabeza y en un parpadeo lo pude ver conmigo en el vacío, un poco más lejos de donde yo yacía. Él miraba asustado a todos lados provocando que se cayera. Por fin me miró fijamente y con angustia preguntó: - qué-qué es este lugar...- a lo que yo le respondí seriamente: -tu peor pesadilla-.

Entonces cerró sus ojos y sus gritos de dolor invadieron el vacío, siendo inútiles a lo que él podía ver en su mente. Cosas que nadie más sabría nunca. Él simplemente se retorcía sobre el suelo inexistente con un dolor psicológico casi mortal. Por fin los dos despertamos, el cayo al suelo cubriéndose tu cabeza y haciendo sonidos de alivio pero con miedo.

Yo estaba exhausta, y caí de rodillas sin energía. La nube había desaparecido, y mis venas perdieron el color negro al igual que mis ojos el grisáceo. Empecé a llorar porque no aguantaba mi cabeza. Nicolás simplemente se repuso y salió corriendo hacia el bosque gritando desesperadamente: -¡esa mujer es peligrosa! Se los advierto, ¡esa mujer es peligrosa!-. Hasta perderse en un bosque de roble obscuro. Rosario corrió hacia mí para brindarme ayuda pero yo no escuchaba nada, más que un silbido muy agudo y sordera hacia demás sonidos. Veía la angustia en las caras de los 4, estaban preocupados. Por fin Giancarlo y Víctor unieron fuerza para cargarme.

Dark Roses (Bouquet)Where stories live. Discover now