Capítulo dos

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Aqui os pongo una imagen de Sally, la mejor amiga de Alison.

Me desperté con el sonido de mi móvil, me acerqué y vi que era Sally la que estaba llamándome. "Me he quedado dormida" pensé. Mierda, solo llevaba cincuenta y tres palabras de las doscientas de la estúpida redacción. La cosa es que no sé que significa para mí eternidad. No me importa mucho esa palabra la verdad. Cogí el movil y contesté:

Hola Sally, ¿qué tal?

Bien gracias. ¿Has visto ya el interior del sobre?- dijo con su voz cantarina.

Sí, y me está resultando muy difícil.

¿Te ha obligado a estudiar materia nueva? ¿A copiar mil veces una definición? ¿A.....

No la dejé acabar y la contesté:

No Sally, no. Me ha obligado a hacer una redacción de doscientas palabras.

¡¿Eso?! ¡¿Solo?! ¡Pero si eso es lo que manda de deberes muchos días! ¡Menuda chorrada!

Ya, pero es sobre lo que para mí significa la palabra eternidad, y ¿sabes Sally? Que para mí no significa nada.

¡Oh! Ali, eso es terrible. Pero tienes que comprender que la señorita Jenks ha sido muy amable con ese castigo. ¡Al final voy a tener razón y te va a haber cogido enchufe!

Déjate de tonterías Sally. Esa palabra no significa nada para mi, es una estupidez. No sé podría haber puesto respeto, educación o cosas así, pero ¿eternidad? ¿A quien se le ocurre?

A ella, está claro.

Ya, pero ¿porqué?

Ni idea chica, yo no soy superdotada.

Las dos sabíamos que sí que lo era, pero ninguna dijo nada.

Creo que es el destino.

¡¿Qué?!

No puede ser otra cosa, pero da igual. Yo entregaré una mierda de trabajo y volveremos a ser felices hasta que me vuelva a castigar.

Querrás decir hasta que nos vuelva a castigar.

Sally, no te infravalores. En la vida te castigaría al igual que a mi en la vida dejará de odiarme.

Oh, no. No te odia Ali, sólo no eres su favorita. Es así con todos.

Por lo visto contigo no.

Si quieres te enseño como hacer para que te aprecie- dijo pícaramente.

No gracias, no quiero ser doña perfecta, prefiero ser doña divertida.

Yo no. Necesito atender en clase.

Sally, tu no atiendes en clase. Finges que atiendes. A ti te basta con mirar la pizarra como un loro para sacar un diez, pero a mí no.

Yo te puedo explicar lo que no entiendas.

No gracias. Si sacara un solo diez, mi madre me freiría hasta que no me salieran los dieces por las orejas.

A mi no me salen los dieces por las orejas.- a continuación soltó una risita boba.

Bueno Sally, tengo que hacer la redacción. Un beso. Hasta mañana.

Adiós Ali, cuídate.

Colgué el teléfono y lo tiré sobre la cama. Solté un resoplido y cogí el lápiz y la hoja y continué con mi tarea. Tengo que reconocer que, en un momento de desesperación, busqué en internet el significado de eternidad, y con eso rellené unas cuatro o cinco líneas de la redacción. Espero que la señorita Jenks no se dé cuenta, porque si lo hacía, saldría calentita de clase con cuatro tochos de hojas para hacer redacciones o algo así. Esa noche, bajé a cenar y mi madre me dijo:

Ha llamado Sally preguntando por ti.- me dijo dando un respingo.

Ah.- contesté resoplando por lo bajo. Iba a matar a Sally, no quería decirle a mi madre que me habían castigado, y menos la Señorita Jenks.

¿Qué te ha pasado?

Nada mamá, nada.

Bueno vale, pero si te han castigado, procura que no vuelva a pasar. No habrá sido la señorita Jenks, ¿verdad?

No la contesté, si no que bajé la cabeza y empecé a comer los espaguetis.

Oh! No Ali, ¿qué la has hecho esta vez?- dijo con expresión preocupada.

Dormirme.

¡Oh Dios mío! Alison Smith, no voy a consentir que te comportes así en clase.

Muy bien, ya tenía una charla. Qué pena haberme dormido antes, podría haber aprovechado este momento. Respiré hondo y le dirigí la mirada a mi madre, quien tenía aspecto de estar realmente furiosa.

Alison, con la señorita Jenks no.

¿Qué más da? Además ha sido sin querer.

¡Te has dormido en su clase!

¡Sin querer!

Bueno, en fin, ¿qué castigo te ha impuesto?

Una redacción de doscientas palabras.

¿Sobre el respeto?

Eso pensé yo al principio, pero no, es sobre lo que significa para mí la palabra eternidad. ¿Pero sabes qué? Que esa estúpida palabra no significa nada para mi, ¿a que es una tontería?

Esperaba que mi madre se riese conmigo sobre lo que acababa de decir y que soltara su típica carcajada como siempre, pero, en cambio, se limitó a murmurar por lo bajo. Lo único que conseguí entender fue: "lo prometimos, lo prometimos."

Alison, estás castigada. No puedes comportarte así, y menos con la señorita Jenks.

Pero....

¡Ni peros ni leches! Sube a tu cuarto.- dijo mi madre con aspecto realmente furioso.

Vale mamá.- respondí bajando la mirada.

Cuando subí a mi cuarto me desnudé para ducharme. Me acaricié mi marca de nacimiento, un símbolo raro que se parecía al símbolo alfa. Me parecía realmente bonito, y estaba orgulloso de él. Era realmente impactante. A la luz del sol brillaba como un diamante, pero en la oscuridad era tenebroso y tenía aspecto maligno. Sé que suena raro, pero es la pura realidad. Me metí en la ducha y pude relajarme por una vez en todo el día bajo en agua caliente que se deslizaba sobre mis hombros y caía sobre el resto de mi cuerpo. Era relajante y, a la vez, perturbador. Mi cabeza no hacía más que darle vueltas al trabajo de la señorita Jenks. ¿Destino? Eso era lo que le había dicho a Sally, pero ¿era realmente lo que sentía? ¿Realmente pensaba que el destino quería que yo escribiese esa redacción? ¡Ni soñarlo! Yo no creía en esas estupideces. Pero pensarlo me daba escalofríos y seguir dándole vueltas al asunto era una estupidez en mi opinión. Salí de la ducha y me envolví mi cuerpo mojado en una toalla rosa de seda que me había regalado mi abuela. Salí dando traspiés del baño y me fui directa a mi cuarto donde caí rendida de sueño a mi cama. Pasadas unas horas, me desperté con un ligero ruido. Eran las doce de la noche, y mi madre estaba dormida. Oí un ligero y suave toc toc y decidí bajar a ver que ocurría. Bajé muy deprisa por las escaleras y abrí la puerta. Me quedé asombrada, muda, estufefacta. Sentí un nudo formándose en mi garganta. Sensación de ahogo, afixia. Sentí una gota de sudor deslizándose ligeramente sobre mi cuello. Un rubor recorrió mi mejilla y atravesó mi cara. No podía ser real lo que tenía ante mis ojos, tenía que estar soñando. Ante mi tenía a la señorita Jenks.

Uiuiui, Que pasara?? Bueno voten y comenten pliss😊😊

EternidadTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang