Día 2:×Beso×

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Ya habían pasado un par de días desde que el peli turquesa había comenzado a vivir con Foxy. Para él era un sueño hecho realidad ya que el menor desde primer año le gustaba el pelirrojo pero nunca había tenido valor de decirlo, comenzaron su amistad gracias a Bonnie, que amaba convivir con ellos dos como si fueran sus hermanos.

Bon terminaba de cocinar mientras tarareaba una canción y teniendo concentración en lo que hacía, evitando que se diera cuenta que el dueño de la casa había entrado.

—¡Bon! —exclamó molesto. El mencionado dió un grito acompañado se un brinco por inercia.

—¡No me asustes así, imbécil! —lo viró con el ceño fruncido.

—Te estoy preguntando algo y no me haces caso, ¿que carajos querías que hiciera? —se encaminó al contrario cruzado de brazos.

—Bueno ya, ¿que quieres? —caminó con la comida en manos para llevarla al comedor.

—¿Tienes clips? —lo siguió.

—Claro, están en el escritorio, cajón de arriba a la derecha.

—Gracias —subió al cuarto.

Foxy al llegar frente al mueble vió una carta a medias, creyendo que se trataba de una canción tomó la hoja y leyó con atención hasta que llegó a una parte que lo dejó en blanco totalmente e inmóvil:

quisiera poder decirle a Foxy que me encanta, que me gusta desde hace un año. Pero tengo miedo a ser rechazado, que me mire raro o incluso que me odie por ser de diferente preferencia sexual y más si me gusta” .

Respiró profundo dejando la hoja como estaba, ya no había más que leer. Tomó del cajón por lo que iba desde el comienzo y bajo con una expresión neutra, tranquila; una vez en la primer planta con su nuevo a compañante comenzaron a comer los fideos con crema y carne marinada, acompañado de agua de frutas.

El comportamiento lo notó Bon un rato después ya que el más alto no había dicho ni una sola palabra.

—Foxy, ¿estas bien? —viró al mencionado.

—Si... Sólo... Pensaba unas cuantas cosas —devolvió la mirada.

—Ya veo. Si necesi-

—¿Enserio te gusto?

Esas palabras fueron suficientes para dejar al más bajo sorprendido y sin palabras.

Fue hay que recordó que había dejado la maldita hoja de su diario en el escritorio a medias; genial, no llevaba ni el mes y ya tenía que buscar un nuevo lugar.

—¿Es cierto? —fruncio un poco las cejas.

—¿Por qué leíste la hoja? —fruncio el ceño molesto y un sonrojo apareció en sus mejillas.

—No me cambies el tema, Bon. Esto es enserio.

—Yo también hablo enserio, ¿no sabes que es de mala educación leer cosas ajenas?

—Responde.

—¡Si, maldita sea! ¡Si me gustas desde que entre a la escuela! ¿Tienes algún maldito problema con eso? —se puso de pie con el sonrojo a toda potencia y el enojo cada vez más crecía.

El mayor también con el ceño fruncido se puso de pie y camino hasta el más bajo, ya estando cara a cara, lo tomó con una mano del mentón con algo de fuerza. Bon estaba que no se lo creía, el enojo había desaparecido y ahora en su rostro se mostraba sorpresa acompañado de ese sonrojo.

—Si tanto te gusto. Demuestralo —acercó sus labios al contrario, creando un beso con vergüenza pero dulce.

El otro sin contradecir u oponerse siguió el lento movimiento de labios, se sentía en el paraíso, todo lo que tanto había imaginado por fin pasaba y aunque después Foxy se arrepenteria estaba feliz de poder probar sus labios. Sin que uno de los dos lo notarán Bon ya tenía sus manos sobre los hombros contrarios mientras el mayor lo abrazaba por la cintura con dulzura; hasta que el momento más odiado había llegado: falta de aire.

Obligados a separarse para poder tomar aire (mas no se movieron de su abrazo), se miraron a los ojos que tenían un brillo inexplicable, como si sólo ellos dos pudiesen verlo.

—¿Te he dicho lo bien que cocinas? —sonrió ladino.

—Eres un tonto, ¿cómo puedes decir eso después del beso? —rió.

—¿Qué prefieres? ¿El silencio incómodo o la conversación?

—... No, nunca me lo habías dicho —ambos rieron con el sonrojo haciendo aparición de nuevo.

Foxy separándose del abrazo, se sentó en su lugar y siguió comiendo como si nada, dejando al de tés canela confundido. Pero no dijo nada, sólo se sentó y siguió comiendo igual.

—Besas bien. Lo que prueba que si te gusto —dijo sin siquiera dirigirle la mirada.

El sonrojo creció más, pero no sólo por la vergüenza si no también molestia. El más alto había encontrado algo nuevo para joderle la vida.

30 Días OPT+18 Fon Where stories live. Discover now