La oscuridad puede ser tu mayor pecado.
El comienzo- Precuela Los hijos del Diablo
¿Qué harías si te dijeran que hay una guerra entre seres celestiales y diabólicos? ¿Qué estarías dispuesta a dejar por saber la verdad?
Cuando Abby descubre que forma...
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El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
-Pitágoras
Las veces que he visto a mi padre llorar para esta fecha, son incontables. Aún recuerdo la primera vez como si fuese sido ayer. Yo volvía del instituto, justo para el comienzo de las vacaciones de invierno. El arbolito con sus luces de navidad, la ciudad llena de nieve y congelada. Subí las escaleras y lo ví allí, en el baño, la puerta entreabierta y mi padre con los brazos contra el lavado, sosteniendo en una mano el collar de mi madre. Con los ojos cerrados, lloraba sin parar.
Yo nunca he conocido a mi madre. Tengo vagos recuerdos de ella, como estar entre sus brazos de pequeña, con apenas un año de edad. Quizá son solo imaginaciones mías, dicen que nadie recuerda lo que fuimos de bebés. Pero de alguna extraña forma, yo la recuerdo a ella.
Papá dice que soy su doble, y cada vez que me veo al espejo junto con su foto, más me convenzo de aquello. Ojos marrones, piel bronceada natural, cabello rojo y largo. Odiosas pecas. Ni siquiera combina con el vestido amarillo pastel que sostengo sobre mi cuerpo.
-Te ves linda con ese-dice papá desde la puerta de mi habitación. Se cruza de brazos con una sonrisa.
-No combina para nada.
Tiro el vestido a la cama. Busco en el placard una vez más, entre camisas, vestidos veraniegos y camperas.
-Al menos que vayas a una pasarela, lo menos indispensable en la universidad es la vestimenta.
Al tomar el vestido azul de jean, me volteo y lo observo. Papá se encoge de hombros.
-Sí que es importante, papá. A la juventud de ahora solo le importan estas cosas. Si te vistes bien, capaz que puedes ser parte de un buen grupo de amigos. ¿Quién se interesa por una pelirroja que parece un fosforito envuelta en un patético vestido amarillo?-Papá se ríe-Gracias-digo con ironía.
Viene hacia mí. El cabello se le revuelve por el aire caliente que entra en el cuarto. Hace bastante calor. Me toma de los hombros y me envuelve entre sus brazos.
-Preocúpate por aprobar el semestre-dice luego-Eso es lo más importante.
-Lo sé, pero...
Y cambia de conversación yendo a la puerta.
-Iré a la mecánica esta tarde. Quizá puedas quedarte con Susan hasta las nueve.
-No soy una niña...
-Es seguridad, Abby-recalca la palabra "seguridad"-Han estado pasando cosas muy raras en el pueblo.
Opto por el vestido azul. Las zapatillas negras y por si acaso una campera.
-De acuerdo. Iré a su casa a las cinco. Quedé con Tessa para ir a Gregory's.
-Mándame mensaje, ¿si?-se aleja por el pasillo y mientras escucho sus pasos bajar por las escaleras, grita un:-¡Te quiero!
