Prólogo

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Una tragedia puede cambiar la vida de una persona para siempre, ese momento tan impactante que sucede de sorpresa que no te llegas a imaginar lleno de tristeza, dolor y no eres capaz de deshacerte de ello. Pero, qué pasaría si esa situación no cumple su cometido en el último instante, nunca pasó a ser una tragedia sino que antes del final fue un milagro.

Eso se ponía a pensar Leonard, con el sonido aturdidor de las sirenas de los vehículos de emergencias molestando sus pensamientos, él por una milésima de segundos había sido salvado de ser atropellado. ¿Su salvador?, Una chica que transitaba justo en el momento que se daba toda la situación, corrió hacia donde estaba ocurriendo tal hecho y cuando llegó a él lo jaló con todas sus fuerzas para que estuviera sano y salvo.

Otras personas que eran expectantes de lo sucedido optaron por llamar a emergencias de inmediato, la chica por su parte se encontraba dando un largo suspiro de alivio y regañando al chico que estaba con ella en el pavimento.

-¡...Ten mucho más cuidado -su voz se oía nerviosa- Es...eso fue peligroso! - terminó de decir la chica se encontraba temblando y muy agitada. El chico no respondía y eso le hacía pensar que tal vez había sufrido algún shock. -¡Oye!, ¡Responde!- seguía insistiendo.

Leonard solo podía observar a su salvadora tenía cabello castaño rubio y era de piel blanca, no comprendía por qué sus palabras no podían salir de su boca, estaba recapitulando cómo llegó a verse involucrado en esa situación rodeado de personas que desconocía y de una chica que había puesto en peligro su vida por la de él.

Mientras eso ocurría en la mente de Leonard, la chica observaba cómo llegaron los socorristas y las personas ayudaban para que esa situación no pasará a nada más. –Gr-gracias- pudo escuchar con un tono triste y a punto de llorar, unas simples palabras para hacerle comprender a la chica que ya estaba recuperándose. Ella por su parte lo volvió a ver y en su cara se pudo reflejar una sonrisa de alivio.

-Me alegro que estés bien- le respondió, poniéndose en pie y apartándose a un lado para que los socorristas pudieran trabajar y sin más, subieron de inmediato al chico a la ambulancia siendo esa la última vez que pudo ver a la chica antes de que las puertas del vehículo se cerrarán.


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