Leonard

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''Primer día siendo sobreviviente''

Había pasado ya apenas poco tiempo del accidente, pero me encontraba hospitalizado para que me recuperara ya que tenía el brazo quebrado y una leve contusión en la cabeza, hasta que el doctor decidiera de darme de alta podría liberarme de esas blancas paredes que me rodeaban desde que había pisado el hospital.

Era oficial me había convertido en el chico de las noticias, el suicida andante. Por más que lo ignoraban las enfermeras o hasta los mismos pacientes habían oído de mí que cuando vieron que iba a permanecer aquí murmuraban a mis espaldas sin darse cuenta que siempre los podía escuchar o podía presentirlo por cómo me miraban. Esa mirada perdida con ojos tristes que me molestaba que la hicieran al cruzarse conmigo, no sé porque, pero carcajeaba con las personas que no ponían esta cara sino que se les cruzaba por decir ''fácilmente te hubieras tirado de un puente'', ''Si de verdad te querías matar no estarías llamando la atención'' y ''simplemente decides matarte sin nadie alrededor''. Las personas que no tienen un poco de razón en el cerebro y no piensan en los sentimientos de los demás tienen a herir con sus palabras sin darse cuenta alguna por lo que están pasando.

Pensar en el accidente no era algo que me pusiera feliz, en ese momento no estaba siendo yo mismo y estaba recordando en lo que había ocurrido horas antes de ese hecho. Darme cuenta que mi novia me fuera infiel con un amigo que estimaba demasiado no era algo que me imaginaba que me fuera a ocurrir. No quería seguir viviendo con ese dolor de pecho que tenía al recodar esa escena, oír por la boca de mi querida novia que ''No era lo que parecía'', era lo peor para mí de escuchar. Claro que si era lo que parecía, demasiado para ser cierto.

Sabía muy bien que de tonto no tenía nada de nada ya muy bien pudo conectar toda situación anterior de la que ella le rechazaba y su amigo no se encontraba conmigo cuando lo llamaba para quedar. O la vez que, se notaba que cuando habían salido juntos los tres al bar que siempre iban para charlar se comportaban de una manera muy amistosa atravesando la barrera de cómo me comportaba yo con ella me hacía pensar que algo estaban ocultando.

Tenía una leve sospecha algo que en mí me decía que estaba ocurriendo una situación que no quería darla por cierta. Me negué a creerla porque amaba a mi novia y ahora mi infiel novia, una chica que había conocido en mi universidad siendo de otro curso, pero por obra del destino y el haberme perdido al encontrar el salón el primer día la conocí y empezamos a salir juntos durante casi dos años.

Y con respecto a mi amigo, una persona que lo conocía desde que tenía trece años de edad, alguien que me ayudo a seguir adelante en la vida luego de la dolorosa muerte de mi padre hasta poder recuperarse para seguir adelante.

¿Pero, ahora quién lo ayudaría en eso? Si esa misma persona que lo ayudo en ese entonces, lo traiciono hace unos días con su novia.

Lamentablemente era consciente de que al perder a esas dos personas ya no iba a tener a nadie más me encontraría solo y vacío de nuevo en la vida. Es por eso que había decidido acabar con mi vida, a nadie le iba a preocupar si estaba presente o no, era la excusa que rondaba por mi cabeza para tomar valentía y lanzarme a la carretera donde los feroces vehículos pasaban a demasiada velocidad.

Al estar en la acera y a unos centímetros del suicidio, un recuerdo me hizo pensar en mi madre. Una mujer que también había salido adelante luego de perder a su esposo y tener que llevarle sustento a su hijo para que tuviera una buena educación. Su rostro se había llenado de lágrimas al pensar en ella, al verla feliz cuando su padre se encontraba con vida. Si daba un paso adelante esa mujer también iba a estar completamente sola con el corazón destrozado en lo que quedaba de su vida si lo perdía.

Pero, lo malo era que aunque pensará en ella sentía demasiado dolor en su cuerpo y su mente no le daba descanso alguno para retirarse de ahí. No siendo consciente de lo que su cuerpo hacía ya se encontraba pisando el asfalto aturdido por las bocinas de los autos que venían a una gran velocidad.

Quería morir, este mundo para mí ya no tenía color alguno por toda desgracia que me venía siguiendo.

Muerte, infidelidad, traición, tristeza...

Y muerte otra vez.

Antes de elegir si tirarme a un vehículo que no iba ser capaz de frenar, recordé en lo que alguna vez había escuchado decir.

-Cuando te llega tu muerte, antes de que ocurra, a tu mente vienen imágenes de todas las hermosas cosas que has pasado en tu vida.

Y al hacer el esfuerzo de abalanzarme al vehículo cerré lo ojos esperando ver algo.

Lo cual, nunca pude ser capaz de ver.

Solo ser aturdido por todo el transito que se había aglomerado en el área y gritos desesperantes de la gente de la calle.

Volviendo a esa habitación que odiaba recordé a mi salvadora.

No conocía el nombre de mi heroína.

Por más que le pregunte a mi madre, ella le dijo que no pudo hablar con esa chica luego de todo el ajetreo porque los médicos se la llevaron a otra sala dejándola con la duda y por estar al pendiente del daño que había recibido.

Mi único recuerdo era la memoria de ella regañándome.

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⏰ Last updated: Oct 17, 2019 ⏰

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