Me desperté agobiada y fatigada,necesitaba respirar aire fresco,era de madrugada,miré a mi lado izquierdo,estaba sola en la cama,fruncí el ceño,él no estaba,me levanté dejando la cama vacía,cogí una chaqueta y me la puse,miré por toda la casa,no estaba,salí a la terraza con un cigarro en mi mano y una taza de café en la otra,me senté en el balancín,ésto era demasiado raro Cristian se había ido de madrugada sin decirme nada y sin avisarme antes de dormir.
Noté un temblor producido sobre mi cuerpo, intenté pararlo pero seguía,abrí los ojos con molestia.
-"¿Qué haces aquí?."-Preguntó un Cristian con camiseta de manga corta ceñida de color negro y un pantalón holgado de cuadros blancos y grises que formulaban su pijama.-"Vamos dentro,hace frío."-Me ayudó a levantarme,sin darme cuenta quedé dormida.
-"¿Quiéres desayunar?."-Caminé hacia el sillón y me arropé con una manta,él estaba en la cocina.
-"¿Dónde estabas?."-Cuestioné.Levantó una ceja y me ignoró.Cogí aire.-"Cristian."-Llamé,alzó la mirada en mi busca.
-"Salí a correr."-Contestó quitándole importancia.
-"¿A correr a las dos de la madrugada?."-Cuestioné.Añadió leche a su café y dos cucharadas de azúcar.
-"Sí,a correr."-Respondió cortante.Tiré la manta a un lado,me ocultaba algo.- "¿Dónde vas?."-Escuché su voz a mis espaldas.
-"A ducharme,tengo que ir a trabajar."-Hablé desde el pasillo.
Ya con la ropa en mis manos,me introducí en el baño y cerré la puerta de un fuerte golpe,tiré la ropa al suelo de la rabia que sentía,odiaba las mentiras,descansé la espalda en la madera y me fui resbalando por ella mientras cubría mi rostro con mis manos hasta quedar en el suelo sentada.Me estaba ocultando algo,¿Pero el qué?
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Después de secar mi larga melena y peinarla,procedí a maquillarme,ya terminada me intruducí en mis vaqueros blancos con las rodillas rotas y gran parte de la pierna derecha,me coloqué una camiseta de tirantes negra y una chaqueta formal de igual color,me subí en los tacones bajos perfectos y cómodos para trabajar y agarré el manillar para salir,pero antes de ésto cogi aire y lo expulsé,intentando relajarme que ni aún con la ducha lo había logrado.
-"¿Te llevo?."-Entró en la habitación mientras me echaba perfume.Se acercó a mi y olió mi cuello.Ahora mismo necesitaba mi espacio.
-"Déjame."-Me separé con un pucheró.
-"Nunca."-Tiró de mi brazo acercandome a él,retiró mi cabello de encima de los hombros,pasó su mano por mi nuca lentamente y besó mi cuello con seguridad,luego plasmó sus labios en los mios con brusquedad.Sonreí en medio del beso.¡No Ariadna no caigas!.
-"Suéltame."-Reí,su barba de días me producia cosquillas en el cuello.
-"Me afeito y nos vamos."- Llevó sus manos a su barbilla y la frotó aún cerca de mi,giré colocandome los pendiente frente al espejo,ví su reflejo,se quitó la camiseta y me azotó con ella en mi trasero.
-"Ey."-Llevé la mano a mi parte trasera,eso habia picado.-"Vete."-Reímos,pateé su culo de forma divertida,él meneó éste haciendome burla y entró al baño,en pocos minutos escuché la maquinilla en marcha,terminé de preparar mis cosas.
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Había sido un dia ocupado,Marta fue de gran ayuda,sin ella no habría podido ni detenerme a respirar,Cristian estuvo cerca de mí,musculando y haciendo de monitor a varias personas principiantes,agradecimos el gesto ya que Adrian enfermó y la sala estaba despreocupada.
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LA LEY DE LA CALLE
RomanceHay historias que merecen ser contadas.Ésta es una de ellas. Soy Ariadna Hartman una chica joven, orgullosa y muy muy cabezota,una rubia que no tiene ni un pelo de tonta. Él es Cristian Gallego,mi complicación. Nunca llegué a pensar que esos ojos co...